Por Hugo Cortada, director de Desarrollo de Negocio en la consultora tecnológica Serimag
Hugo Cortada
| 27 nov 2024
Sabemos que adoptar nuevas tecnologías que cambian radicalmente la forma en la que trabajamos no es tarea sencilla. Si además hablamos de grandes compañías, el impacto de equivocarse es muy grande y donde muchas veces hay una falta de talento especializado, se acaba trasladando en una gran resistencia al cambio. En los últimos dos años, venimos observando cómo las grandes compañías anuncian su predisposición a estudiar cómo la inteligencia artificial puede ayudar al crecimiento del negocio. De esta manera, sus responsables acuden no sólo a eventos tecnológicos en los que se reflexiona sobre los beneficios de la inteligencia artificial sino que incluyen constantemente en sus discursos por qué esa tecnología también puede funcionar en su empresa.
Ahora, cuando muchos de ellos empiezan a ponerla en práctica es cuando sale a la luz la falta de un Plan Estratégico de IA definido y alineado con el negocio. Esto supone que actualmente los esfuerzos de muchas compañías se hayan quedado en fases de prueba de concepto y no en grandes proyectos a escala. Desde Serimag, venimos observando desde hace más de 15 años la importancia de analizar, planificar y gestionar un buen proceso del cambio, es lo que llamamos el change management de la IA.
A la hora de adoptar este tipo de tecnología, en mi opinión, hay cinco puntos clave: establecer una visión clara y compartida, priorizar los casos de uso adecuados en base al ROI y encaje con la visión, establecer los KPI’s de seguimiento que determinen el éxito o fracaso de las iniciativas, fomentar la colaboración transversal entre equipos y garantizar la seguridad de los datos y la ética de la IA implantada. Además, es importante hacer hincapié en el talento. Es fundamental capacitar a los equipos (upskilling) así como apoyarse en proveedores expertos para el proceso de innovación y transformación del negocio.
Para llevar a cabo todo esto, la organización es clave. En una gran compañía, los dirigentes han de ser capaces de crear una estructura de personal con actitudes y aptitudes para liderar el cambio, capacitar a los equipos e instaurar una cultura que permita e incluso incentive el probar cómo la IA puede ayudar a ser más eficiente en la empresa. La cultura de la experimentación será fundamental si queremos abrazar una nueva tecnología y estudiar en qué funciones puede ser más útil y en cuáles no. En este punto es cuando hablamos de la personalización y cuando la tecnología se adapta al funcionamiento de nuestra compañía es cuando ésta se convierte en nuestro gran aliado.
Difícilmente podremos alcanzar el éxito si no asumimos desde ya que la IA se encuentra en un momento de transición y autoconocimiento. Debemos entender por lo tanto qué usos puede tener en nuestra empresa, en qué posición sitúa al equipo humano, de qué manera lo hace más competitivo y cómo puede ayudarnos a crecer como empresa. En el análisis exhaustivo de nuestra empresa y en el aprendizaje colaborativo de esta herramienta estará el verdadero cambio y adopción de la Inteligencia Artificial.