Durante los últimos años, se ha popularizado masivamente el término digitalización. La mayor parte de las empresas, así como los gobiernos centrales y locales, resaltan constantemente la necesidad de llevar a cabo una transformación digital profunda en prácticamente todos los sectores de la actividad económica. Pero, ¿qué es exactamente la transformación digital o digitalización? El […]
Dirigentes Digital
| 27 jul 2022
Durante los últimos años, se ha popularizado masivamente el término digitalización. La mayor parte de las empresas, así como los gobiernos centrales y locales, resaltan constantemente la necesidad de llevar a cabo una transformación digital profunda en prácticamente todos los sectores de la actividad económica. Pero, ¿qué es exactamente la transformación digital o digitalización?
El término "digital" en este contexto está totalmente relacionado con los ordenadores y más concretamente, con el tipo de señales binarias que utilizan: los famosos 0s y 1s. Pero lo digital no sólo hace referencia a los ordenadores que usamos diariamente, sino también a un conjunto muy extenso de dispositivos y tecnologías que funcionan con el mismo tipo de señales binarias como son: ordenadores de uso empresarial, teléfonos y relojes inteligentes, robots, realidad virtual, Inteligencia Artificial, Blockchain, Internet of Things, la nube, etc.
Teniendo esto en cuenta, la transformación digital de una empresa consiste en primer lugar en la adopción por parte de la misma de los comentados dispositivos o tecnologías digitales. ¿Y por qué deberían llevar a cabo esta adopción? ¿sólo porque es el término de moda o realmente ofrece algún tipo de ventaja? La respuesta corta a esta pregunta está clara: la digitalización permite mejorar la productividad de una empresa gracias a hacer más eficientes sus procesos operacionales, es decir, todo aquello que tiene que hacer la empresa para poder producir los bienes o servicios que vende a sus clientes. Esa mejora de la productividad permitirá a la empresa poder producir más con los mismos recursos y por lo tanto, mejorar su posición en el mercado. Asimismo, las tecnologías digitales permiten a las empresas y organizaciones gubernamentales conseguir ventajas competitivas, bien lanzando nuevos productos y servicios o creando nuevos e innovadores modelos de negocio.
Para entenderlo mejor, veamos un ejemplo sencillo. Supongamos que se desea analizar el funcionamiento de dos restaurantes. El primero de ellos, que llamaremos Restaurante Analógico, utiliza una caja registradora básica para poder gestionar el pago de los clientes y guardar un registro de todas las ventas que realiza, mientras que el segundo, que llamaremos Restaurante Digital, utiliza un moderno sistema de "Terminal de Punto Venta" (TPV) para realizar las mismas tareas. Como es fácil imaginar, la caja registradora del primer restaurante no permite realizar muchas operaciones más allá de generar las facturas simplificadas de las ventas que realiza el restaurante (los antiguos tickets de cada mesa).
Sin embargo, el TPV del segundo restaurante le permite hacer mucho más, desde agrupar las ventas realizadas durante todo el mes por tipo de producto para conocer qué artículos son los más demandados por sus clientes, generar los modelos necesarios de impuestos que tiene que presentar el restaurante e incluso, gestionar el stock de su almacén para que envíe una notificación cuando sea necesario hacer un nuevo pedido de algún producto en particular. Todas estas funcionalidades tienen una consecuencia clara: ahorrar tiempo en la gestión diaria del restaurante. O dicho de otra forma, el Restaurante Digital puede conseguir los mismos resultados de ventas que el Restaurante Analógico pero invirtiendo menos recursos. Y para ello, todo lo que ha tenido que hacer el Restaurante Digital ha sido implementar un dispositivo TPV en sus operaciones diarias. Es decir, ha sustituido la caja registradora de toda la vida por una tecnología digital.
Aunque la transformación digital llevada a cabo por una gran cantidad de empresas a día de hoy es mucho más compleja que la del ejemplo anterior, su objetivo siempre es el mismo: hacer más eficientes y sostenibles a las empresas. Sin embargo, aunque el objetivo siempre sea común, la manera de conseguirlo depende totalmente del tipo de empresa, de sus necesidades y de sus recursos. Si en el ejemplo anterior, se hubieran analizado unos grandes almacenes en vez de un restaurante, el sistema de TPV usado en el Restaurante Digital probablemente se habría quedado corto para cubrir todas sus necesidades.
Por otro lado, tampoco tendría sentido implementar en el Restaurante Digital las mismas soluciones digitales que se pueden encontrar en unos grandes almacenes, ya que se estaría sobredimensionando su grado de digitalización, lo que resultaría en un gasto innecesario de recursos. Por lo tanto, aunque la digitalización representa uno de los aspectos más novedosos e innovadores hoy en día, es fundamental volver en este punto a la virtud de Aristóteles una vez más: en el mundo digital, lo más importante es saber en qué justa medida se debe aplicar la transformación digital a cada empresa dependiendo de las características específicas de la misma.
Y justamente es de este último punto del que se deriva uno de los mayores retos a los que se enfrentan las empresas actualmente para poder ser digitales: la falta de talento humano con los conocimientos necesarios para crear e implementar planes de digitalización óptimos. El 56%* de las empresas reconocen tener dificultades para encontrar este tipo de talento, por lo que ofrecer programas de formación adecuados, tanto a jóvenes graduados como a profesionales con más experiencia, es de vital importancia para poder asegurar un crecimiento constante de la digitalización en el mundo empresarial.
A este respecto, durante los últimos años varias universidades y escuelas de negocio han comenzado a ofrecer este tipo de programas para la formación de profesionales en el ámbito de la transformación digital. Entre tantas ofertas, lo ideal es evaluar aquellas con reconocimiento internacional, proyecciones de empleabilidad y con un curriculum formado por las principales disciplinas que son necesarias dominar para implementar cualquier proceso de transformación digital, como son Digital Strategy, Data Analytics, Design Thinking y Agile Project Management. Este tipo de disciplinas se pueden encontrar, por ejemplo, en los másteres especializados en Digital Project Management & Consulting. En el proceso de formación, también es recomendable que el estudiante tenga la oportunidad de poner en práctica todos los conocimientos obtenidos mediante la ejecución de casos de estudio y proyectos de consultoría con empresas, en los que podrá entender, analizar y resolver múltiples retos reales a los que las empresas se enfrentan en su día a día.
Desde el siglo XVIII, la humanidad ha experimentado numerosos cambios tecnológicos, económicos y sociales a través de las distintas Revoluciones Industriales. La digitalización representa la herramienta actual más importante para continuar con esta tendencia de evolución y a diferencia de otras tecnologías como la máquina de vapor que surgió durante la Primera Revolución Industrial, la digitalización afecta a todos los sectores de la economía. Por lo tanto, tanto en el contexto social, cultural y económico, no nos queda más remedio que entender cómo debemos trabajar y hacer uso de las tecnologías digitales para poder gestionarlas de manera natural y eficaz, obteniendo los mayores beneficios posibles en todo momento.