Oriente Medio: el reto de reducir deuda y seguir creciendo

Se necesitan virtudes de equilibrista para financiar inversiones en cuestiones importantes sin que ello suponga que la deuda crezca sin parar. Un cierto nivel de endeudamiento eleva la capacidad para invertir y obtener rendimiento pero, en un momento dado, puede convertirse en un arma de doble filo porque perder el equilibrio significa tener que dedicar más dinero a pagar intereses.

Es una de las conclusiones a las que llega el FMI en un artículo en el que analiza “Cómo los países de Oriente Medio y Asia Central pueden reducir deuda y mantener el crecimiento”. La deuda en esa región supera el 50% del PIB en más de la mitad de los países de la zona, por lo que se requieren “acciones urgentes” desde el punto de vista del organismo internacional.

Advierte de que si no reducen esos niveles, pueden verse forzados a aumentar las proporciones de los presupuestos destinados a pagar intereses, en lugar de realizar “inversiones críticas” que ayuden a acelerar el crecimiento. Por otra parte, Oriente Medio tiene ante sí una dificultad añadida: la creciente disponibilidad de mano de obra, sobre todo de jóvenes y mujeres.

Uno de cada cinco trabajadores jóvenes están desempleados y el FMI califica como “desalentadoras” las posibilidades de que cinco millones de trabajadores se incorporen cada año al mercado laboral. El análisis del Fondo insiste en otro de los equilibrios de los gobiernos a la hora de atajar la deuda: medidas fiscales como recortes de gastos o incrementos de tasas afectan de una forma más notable a los sectores sociales más vulnerables.

Eso provoca que los trabajadores acaben siendo menos productivos. “De hecho, sacar a la gente de la pobreza aumenta su productividad, eleva su capacidad de gasto y reduce el crimen y los conflictos”. En ese sentido, la apuesta del FMI para que el crecimiento vaya acompañado de la igualdad es mantener la inversión pública mientras se reducen los déficits.

En el caso de la región de Oriente Medio y Asia Central, se ha demostrado que se producen dos dólares por cada dólar que se dirige a inversiones productivas en vez de actividades relacionadas con el petróleo. La conclusión del FMI es clara: “los gobiernos que persiguieron una combinación de recortes de gastos y reformas fiscales más amplias para aumentar la recaudación de impuestos experimentaron beneficios más duraderos que los que utilizaron medidas unilaterales”.

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