Desde mayo, el empresario tenía el visto bueno de la Fundación Valencia Club de Fútbol para convertirse en el máximo accionista del club, pero quedaban por cerrar flecos de la operación. El principal acreedor, Bankia, con más de 200 millones de euros, se oponía a las intenciones de los actuales directivos del club hasta que Lim no pusieras garantías líquidas en un préstamo a la Fundación.
El millonario de Singapur se negaba a avalar el crédito de 72 millones en un primer momento. Y Bankia se oponía a dar el visto bueno a la entrada de Lim. Al final, la entidad ha rebajado las pretensiones para facilitar la operación y sólo ha pedido garantías por 140 millones, algo que ha aceptado in extremis Peter Lim.
La falta de acuerdo condenaba al Valencia a la desaparición ante la imposibilidad de afrontar las elevadas deudas. El dueño de Meriton se ha comprometido a pagar el total de la deuda del club que supera los 300 millones de euros.
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