Este nuevo acuerdo deja a Estados Unidos, con la economía más grande al margen de uno de los bloques comerciales más extensos del mundo. La Asociación Económica Integral Regional o RCEP, que cubre un mercado de 2.200 millones de personas y 26,2 billones de dólares de producción mundial (aproximadamente el 30% de la población y la economía mundial) es incluso más grande que lo que cubre el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA) y la Unión Europea, y señala la creciente influencia de China en la región Asia-Pacífico.
El presidente electo Joe Biden se ha manifestado al respecto pero no dijo específicamente si Estados Unidos debería unirse al RCEP, aunque señaló que EEUU representa el 25% de la economía mundial y “necesitamos estar alineados con las otras democracias, otro 25% o más, para que se puedan establecer las reglas que gobiernan el comercio mundial, en lugar de que China sea el único que dicte las normas”.
Los analistas creen que, probablemente, una vez que Biden asuma el cargo vuelva a centrar la atención en el tema. Joe Biden solo comentó que “los trabajadores y los ambientalistas estarán en la mesa de cualquier trato comercial que hagamos”, haciendo referencia a que el acuerdo RCEP no aborda las normas laborales ni las protecciones ambientales y tampoco impide que las empresas estatales obtengan una ventaja competitiva con los subsidios gubernamentales.
“Dadas las deficiencias de RCEP, no recomendaríamos que Estados Unidos se uniera”. Es la opinión de Myron Brilliant, vicepresidente ejecutivo y director de asuntos internacionales de la Cámara de Comercio de Estados Unidos. “Sin embargo, EEUU debería adoptar un esfuerzo estratégico más orientado al futuro para mantener una sólida presencia económica estadounidense en la región. De lo contrario, corremos el riesgo de estar en el exterior mirando como uno de los principales motores de crecimiento del mundo avanza sin nosotros”, agregó Brilliant.
Michael Green, vicepresidente senior para Asia del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales dice que esto le dará a China dos ventajas: “una es que creará una narrativa dentro de la región de que China es el nuevo líder con mayor influencia en el comercio y la creación de reglas. Y la segunda es que reducirá las barreras al comercio con China en un momento en el que Estados Unidos no está haciendo nada para reducir las barreras comerciales”.
Para la exrepresentante de comercio de Estados Unidos, Wendy Cutler, “este acuerdo es otro recordatorio de que nuestros socios comerciales asiáticos han desarrollado la confianza de trabajar juntos sin Estados Unidos”.
Historia del acuerdo
La RCEP se lanzó en noviembre de 2012 en un momento en que estaban en curso las conversaciones para otro pacto comercial importante, la Asociación Transpacífica (TPP) liderada por la administración Obama. El entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, defendió el pacto comercial transpacífico como una protección contra China y que redactaba las reglas del comercio mundial para el siglo XXI.
Pero una vez que Donald Trump llegó la la Casa Blanca, y a medida que su administración perseguía una política comercial proteccionista, Trump decidió sacar a Estados Unidos del TPP en 2017 y empezó a imponer aranceles punitivos a varios socios comerciales diciendo que se estaban produciendo prácticas comerciales injustas. Los 11 países restantes del TPP continuaron renegociando el pacto y firmaron el Acuerdo Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (CPTPP) en 2018.
El presidente Trump se ha pasado los últimos cuatro años retrocediendo en décadas de política comercial de Estados Unidos, rompiendo acuerdos internacionales e imponiendo aranceles. EEUU ha realizado algunos acuerdos bilaterales, incluido un acuerdo de 2018 con Corea del Sur y la tregua de este año con China. Pero no ha logrado un acuerdo comercial regional integral.
Algunos analistas creen que el RCEP es un acuerdo comercial más débil en comparación con el CPTPP. Los aranceles entre muchos países miembros de la RCEP ya son bajos debido a los acuerdos comerciales bilaterales o multilaterales más pequeños existentes entre ellos, por lo que los beneficios económicos directos son limitados.
Añaden que las reducciones arancelarias adicionales en el marco de la RCEP “solo entrarán en vigor gradualmente, y pasarán años antes de que el tratado esté en pleno funcionamiento”, según explica Gareth Leather, economista senior para Asia de la consultora Capital Economics.
Un análisis de Brookings Institution dice que el acuerdo transpacífico y el nuevo RCEP juntos “compensarán las pérdidas globales de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, aunque no para estos dos países”.
Y para Michael Green, vicepresidente senior para Asia del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, “Estados Unidos lamentará estar al margen de dos importantes acuerdos multilaterales”.
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