Sin embargo, no todo el mundo conoce al detalle su funcionamiento, concretamente el de las tarjetas de crédito, y los peligros que entrañan, advierten desde el comparador HelpMyCash.com. Si se utilizan bien, pueden resultar muy cómodasy útiles, incluso pueden suponer un ahorro gracias a los descuentos y a las ventajas que ofrecen, coma la tarjeta Nueva Visa Barclaycard que devuelve el 1 % del importe de todas las compras o la Tarjeta bancopopular-e que regala 25 euros tras la primera compra o retirada de efectivo. Pero si no se utilizan bien, pagar a crédito puede acabar saliendo muy caro.
¿A fin de mes o a plazos?
Las tarjetas de crédito, por norma general, suelen permitir dos formas de pago: el pago total a fin de mes, que no genera intereses, y el pago fraccionado. Aquí es donde reside el principal peligro de este tipo de «plásticos». Cuando se financia una compra a crédito y se fracciona su pago, el cliente tiene que abonar intereses. Y si opta por pagar un tanto por ciento mínimo de la deuda cada mes con el objetivo de reducir la cuota, los intereses se pueden disparar y la deuda se puede alargar considerablemente.
Pongamos un ejemplo, un cliente adquiere un producto por valor de 400 euros con su tarjeta de crédito, que tiene un interés del 25%. Si decide pagarlo a final de mes, en la fecha de liquidación la entidad le cargará los 400 euros junto con el importe del resto de las compras que haya hecho y no pagará más de lo que haya consumido.
Si decide fraccionar su pago en seis meses, por ejemplo, al final acabará pagando 29,67 euros extra en concepto de intereses. Se trata de una cantidad asequible a cambio de poder pagar una cuota reducida cada mes, en este caso de 71,61 euros. El problema llega cuando el cliente decide extender su deuda durante un plazo de tiempo dilatado o cuando opta por pagar un tanto por ciento mínimo de la deuda al mes. En concreto, en este último caso la deuda puede disparase y alargarse sobremanera. Considerando el caso anterior, si el cliente decidiese devolver un 5 % de su deuda mensualmente, con una cuota mínima de 10 euros, el pago podría extenderse unos dos años y al final los intereses ascenderían a unos 150 euros, alrededor de un tercio del valor de la compra.
De ahí que pagar el total a final de mes, sin intereses, resulte mucho más barato. Pero si se necesita fraccionar la compra, entonces la mejor solución es pagar el máximo cada mes o hacerlo durante un período de tiempo lo más breve posible. Y, lógicamente, hacerlo con una tarjeta que tenga el interés más bajo posible. Actualmente se pueden encontrar «plásticos» con intereses muy atractivos.De hecho, el «plástico» que lidera el ranking de las tarjetas de crédito con la TAE más baja, la tarjeta asociada a la Cuenta 1|2|3 de Banco Santander, tiene una TAE del 12,68% y se pueden encontrar otros «plásticos» por debajo del 20% como la tarjeta de crédito de ING Direct o la de Bankinter.
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