El nuevo gobierno socialista de Portugal ha tenido que limar varios de aspectos del nuevo presupuesto propuesto para este 2016. La Comisión Europea ya expresó sus dudas sobre el borrador presentado, y Portugal ha tenido que tomar nuevas medidas fiscales para que Bruselas dé su aprobación a los presupuestos.
De entre todas las medidas recogidas en el borrador, era la reducción del déficit el punto de conflicto entre Bruselas y el Gobierno de Antonio Costa. Y es que el nuevo gobierno socialista esperaba reducir el déficit hasta el 1,1% del PIB, apenas un tercio de lo solicitado por Bruselas. Por ello, la Comisión ha llegado a un acuerdo con Portugal, por el que finalmente el déficit estructural deberá reducirse entre un 0,3 y el 0,6%, y para financiar esta medida el gobierno deberá iniciar una subida generalizada de impuestos indirectos.
Tras este acuerdo, Portugal subirá los impuestos al tabaco y a los combustibles. Esta subida ya estaba incluida en los planes del gobierno, pero solo de entre 4 y 5 céntimos por litro. Después del acuerdo esta subida deberá ser de entre 6 y 7 céntimos. Además, se aumentará el impuesto de circulación para los móviles y se incrementarán los impuestos para la banca para reforzar el Fondo de Resolución para crisis bancarias y terminar con la exención del IBI para los fondos inmobiliarios. Con ello, el gobierno espera aumentar un 40% los ingresos procedentes de la banca, hasta los 260 millones de euros.
El Consejo de Ministros deberá aprobar este nuevo presupuesto, paso previo para que finalmente Bruselas dé luz verde a su puesta en marcha, algo que hasta ahora estaba en duda.
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