Proteccionismo y cadenas globales de valor

Cuando Alemania o Corea exportan componentes tecnológicos hacia China, se ensamblan en las fábricas chinas, para después ser re-exportados hacia Estados Unidos ¿Qué país está realizando la exportación realmente? Según David Dollar, ex-economista jefe del Banco Mundial en Pekín, no se debe atribuir todo el valor del bien en cuestión a China. Los componentes tecnológicos ensamblados en las fábricas del gigante asiático suelen ser casi todo el producto, al cual luego se le aplica otro margen de valor añadido cuando se vende a usuarios europeos o estadonidenses. Por ejemplo, un i-Phone que sale de China a 280 dólares (un 80% del valor son semiconductores o procesadores previamente importados para su ensamblaje), en los mercados finales occidentales el precio sube al triple. Significa esto que China, como mucho, se queda con un 5% del valor (en forma de bajos salarios). El 30-35% restante va para los proveedores de componentes tecnológicos (Alemania, Corea del Sur o Taiwan). Y el 60% restante es para remunerar los servicios prestados por la multinacional, Apple Inc., con sede en Estados Unidos (diseño, marketing, venta etc..). “Entre otros, primero nos encontramos con un problema estadístico a la hora de identificar las causas del déficit comercial estadounidense”, sostiene Dollar, en una obra titulada “Global value chain recent developments in 2017”. China, con una fuerza laboral tan abundante como barata, ha sido el lugar escogido tradicionalmente para ensamblar los productos de las grandes multinacionales. Al gigante asiático, por otra parte, esto le ha servido para dos cosas: 1) Aumentar el nivel del empleo, además de los salarios, dado que la china rural no ofrece mejores oportunidades 2) Forzar una transferencia tecnológica que permitiese, a medio-largo plazo, lanzar marcas propias (con el consiguiente incremento del valor agregado, en cuestión de diseño, marketing o venta para China. Los sectores automovilístico, o electrónico, ejemplifican perfectamente esta situación. Tras años produciendo en China, Apple se ha visto desplazada del mercado chino por marcas locales, las cuales han podido nacer gracias a esa transferencia de know-how. Y las compañías del sector automotriz que quieren producir en China, por otra parte, solamente pueden hacerlo mediante joint-ventures con empresas locales. “Donald Trump, el presidente estadounidense, quiere subir los aranceles para frenar esta transferencia de tecnología”, señala Wang Yong, asesor del Asian Development Bank (ADB), a DIRIGENTES. Cuando una empresa estadounidense se deslocaliza a China, según Trump, esto acaba con el empleo manufacturero. Sin embargo, ello también hace que el salario de los trabajadores altamente cualificados, dentro del sector servicios, se dispare. Y la clave para generar riqueza, según todos los analistas consultados por DIRIGENTES, es crear el máximo número de empleos altamente cualificados. Si Washington hubiese evitado que Apple subcontratase fábricas chinas para ensamblar sus aparatos, posiblemente nunca habría podido asumir los costes de hacerlo en Estados Unidos. Por tanto, si Trump lleva sus amenazas hasta el último extremo, gravando con un 46% todas las importaciones chinas ¿Cuántas empresas como Apple dejarían de nacer en Estados Unidos?

hemeroteca

Add a comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *