La reunión entre Puigdemont y Rajoy ha seguido el guion previsto y solo ha servido para abrir la comunicación entre La Moncloa y la Generalitat. El presidente catalán ha formalizado la pretensión de realizar un referéndum vinculante y ha pedido que no se judicialice la política en referencia al recurso del Gobierno a la conselleria de Asuntos Exteriores.
Rajoy le ha trasladado su rechazo al plan secesionista, pero está dispuesto a hablar de cuestiones competenciales y financieras en el marco constitucional. En este sentido, Puigdemont le ha pedido rebajar el objetivo de déficit al 1,07%. Precisamente hoy Hacienda ha anunciado que pedirá a las Comunidades Autónomas un 0,7% en lugar del 0,3% que se exigía anteriormente.
El documento entregado a Rajoy contiene 46 puntos, además de la celebración de un referéndum vinculante en Cataluña que dé "respuesta política a un mandato democrático", que defiende Puigdemont. Tras la reunión, el presidente del Gobierno ha dicho que ambos gobiernos "vamos a colaborar con temas en los que nos podemos poner de acuerdo, es imprescindible en el tema de la financiación y de los refugiados".
Rajoy ha indicado que cuando le ha propuesto el referéndum le ha dicho: "no estoy de acuerdo con la consulta y que se prive al conjunto de los españoles del derecho decidir". Y ha advertido que espera que se cumpla la ley y que no continúen los planes secesionistas.
Por su parte, Puigdemont ha señalado que "no hay vocación de acuerdo entre el presidente y el Govern, y tristemente no ha ido bien". El presidente de Generalitat ha afirmado que continuará con el desafío independentista, "he tenido la posibilidad de que el presidente Rajoy escuchara a un presidente independentista que se propone llegar hasta al final, las razones por las que un grueso importante de la población de Cataluña nos ha encargado un proyecto político que pretende convertir Cataluña en un Estado independiente".
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