Como ya habían previsto las encuestas, Vladimir Putin obtuvo este domingo un fuerte respaldo en las urnas en las elecciones presidenciales y se mantendrá como jefe de Estado ruso como mínimo durante los próximos seis años, alcanzando su cuarto mandato al frente del Kremlin. Vladimir Putin se convierte así en el dirigente ruso que más tiempo ha estado en el poder, sólo superado por Iosif Stalin, que fue secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, y por tanto líder del país, durante treinta años. Putin sumará veinte años como presidente en 2024, a los que hay que sumar un periodo como primer ministro entre 2008 y 2012. Más infografías en Statista Con el escrutinio casi finalizado, la candidatura de Putin ha obtenido el 76,6% de los votos con una participación del 67,4% del electorado. Este dato supera en más de dos puntos la afluencia a las urnas en los pasados comicios presidenciales, los de 2012, a pesar de que el principal líder opositor ruso, Alexei Navalni, pidió boicotear las elecciones acusando a Putin de autoritarismo y fraude electoral. Los aspirantes han quedado a mucha distancia del presidente reelecto. El más votado ha sido el candidato del Partido Comunista de la Federación Rusa, Pavel Grudinin, con un 12,4% de los votos, seguido del ultranacionalista Vladimir Zhirinovski, con un 6%, la centrista Ksenia Sobchak, con el 1,5%, el liberal Grigori Yavlinski, con el 0,9%, y por último, Boris Titov, del Partido del Crecimiento, Sergei Baburin, de la Unión Popular, y Maxim Suraikin, de Comunistas de Rusia, con un 0,6%. Además del escaso respaldo obtenido por los opositores, destaca de las elecciones presidenciales rusas el elevado apoyo obtenido por Putin en algunas regiones del país, como Crimea, el territorio cuya anexión por parte de Rusia le ha enfrentado con Ucrania y la comunidad internacional y donde el presidente ha conseguido un respaldo del 91%, o Chechenia, donde ha superado el 93%. Tras conocerse el primer avance del escrutinio, el propio Putin ha salido ha festejar los resultados con sus seguidores en un acto al aire libre en Moscú en el que dio las gracias por el apoyo recibido y aseguró que su nuevo mandato al frente de Rusia supone «un reconocimiento a los logros de los últimos años». Ahora, queda por dilucidar cuáles serán las prioridades de Vladimir Putin durante los próximos seis años. El propio líder ruso aseguró recientemente ante la Duma que se centraría en mantener el ritmo de reforma económica y reforzar el papel geoestratégico del país, inmerso en varios conflictos a escala global. De hecho, durante la campaña electoral Putin ha tenido que lidiar con el escándalo del asesinato en Londres del ex espía ruso Serguei Skripal, que ha provocado duras acusaciones por parte de Reino Unido y de los gobiernos occidentales y la amenaza de nuevas sanciones contra su economía. El presidente reelecto aludió a este caso en su discurso tras la reelección, negando que su país cuente con agentes químicos como los utilizados en el ataque y calificando de «basura y tonterías» las acusaciones del Gobierno británico, que exigió al Kremlin que aclare su papel en la muerte de Skripal. Otro de los temas que abre la reelección de Putin es el de su sucesión, dado que el mandato que acaba de conseguir es, en teoría, el último que podría ostentar la presidencia según marca la constitución rusa. El actual presidente tendrá 71 años en 2024 y se desconoce si aprovechará estos seis años de mandato para elegir y preparar a un sucesor o si buscará un reforma constitucional para poder volver a presentarse a unas nuevas elecciones. Hay que recordar que Vladimir Putin llegó a las máximas instancias de poder en Rusia en 1999, cuando fue primer ministro durante unos meses bajo la presidencia de Boris Yeltsin, al que sustituyó como jefe de Estado cuando éste se retiró por enfermedad y consiguió en 2000 ganar sus primeras elecciones presidenciales. Tras ejercer como presidente de la Federación Rusa en dos legislaturas, entre 2000 y 2004 y 2004 y 2008, Putin esquivó la limitación de mandatos que regía en la constitución aupando a su número dos Dmitri Medvedev a la presidencia y ocupando él mismo el puesto de primer ministro hasta 2012, cuando Putin consiguió su tercer mandato presidencial y el primero que duraría seis años en lugar de cuatro. Ese mandato expira ahora y con varios retos económicos sobre la mesa. Según los analistas del banco suizo Julius Baer, Annabelle Rey y Alejandro Hardziej, la «reelección supone continuidad y estabilidad para el sector corporativo«, por lo que descartan que genere impacto en el mercado de bonos o en su divisa, el rublo, a pesar de la inflación. «Se espera continuidad en este cuarto mandato, sin grandes cambios en política económica o exterior. Sin embargo, las tensiones entre Rusia y Occidente se han incrementado la pasada semana, tras el envenenamiento de un ex agente doble ruso en Reino Unido y las sanciones de EEUU sobre entidades e individuos rusos debido a la intromisión y los ciberataques durante las pasadas elecciones en EEUU», aseguran desde Julius Baer. Por su parte, Norbert Rücker, director de Macro & Commodity Research de Julius Baer señala que «el dinamismo de la economía global apuntala a las materias primas, pero estos vientos cíclicos de cola están dando paso a vientos en contra de un ciclo de sentimiento de deflación. Los últimos datos de posicionamiento del mercado de futuros muestran un enfriamiento del ánimo optimista del mercado, lo que debería conducir a la toma continua de ganancias y la presión sobre los precios, principalmente en el segmento de petróleo y metales».
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