La Fed incrementará el precio del dinero, sí, pero el consenso descuenta que el ritmo será muy gradual y aguarda un ciclo de escalada pausado, con niveles aún muy bajos durante un periodo prolongado. Pero Capital Economics advierte que el mercado podría estar subestimando la magnitud de los movimientos de la autoridad monetaria y apuestan por un incremento más rápido de aquí a 2017 del inicialmente estimado.
Así, prevén que la rentabilidad de los bonos a diez años alcance el 3,5% en dos años, frente a los niveles actuales cercanos al 2,3%.
BlackRock, por su parte, explica el hecho de que esta deuda se encuentre a apenas cinco puntos básicos (0,05%) de como comenzara el año en la naturaleza "silenciosa" de la recuperación: la actividad es, en general, sólida, pero aún mixta.
Por ejemplo, uno de los mejores indicadores adelantados, el Índice de Actividad Nacional de la Fed de Chicago apunta a un crecimiento cercano al 2,5% para el primer trimestre de 2016. "Con la economía incapaz de romper por encima de ese nivel, nuestro escenario base apunta a un modesto aumento de las yields de largo plazo para 2016", afirman estos analistas.
Más allá del crecimiento, añaden, factores como el envejecimiento de la población, la escasez de oferta de bonos y la demanda institucional persistente por renta fija, apoyan los precios y, por tanto, apuntan a que no se superará el umbral del 3%. Sólo una mayor aceleración de la economía (algo poco probable) o unas expectativas más firmes de inflación podrían cambiar las tornas.
De hecho, estos expertos creen que quizá se produzca una cierta estabilización de los precios, tanto por la mejora del mercado laboral, como por la fortaleza del dólar y un repunte de los precios de la energía. "No, no estimamos un resurgimiento significativo del IPC. Pero las previsiones de inflación pueden ser demasiado optimistas, por ello, preferimos bonos del Tesoro estadounidense protegidos frente a la inflación" o TIPS.
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