¿Quiere invertir en Wall Street? Ojo a los resultados empresariales

En concreto, y según datos recopilados por la gestora de JP Morgan, el BPA habría caído en el tercer trimestre hasta los 24,58 dólares, y han rebajado su estimación para el conjunto del ejercicio hasta los 106 dólares, lo que supone una revisión significativa con respecto a los 130 de hace un año. "El billete verde se apreció casi un 18% en el tercer trimestre, en comparación con el ejercicio anterior. Dado que prácticamente la mitad de los ingresos del S&P 500 se generan fuera de los EEUU, esto ha repercutido negativamente en el crecimiento general de los ingresos", recuerdan los expertos.

Los expertos esperan que el crecimiento de los beneficios repunte en 2016, cuando estos efectos vayan desapareciendo, lo que a su juicio será positivo para la renta variable. Sin embargo, advierten que "es probable que las expectativas sean demasiado elevadas", por lo que, al igual que ya ha ocurrido este año, tengan que ser revisadas a la baja.

Confían en que en 2016 se produzca cierto repunte del sector de las materias primas que ayude a compensar estas posibles revisiones. "Es probable que los márgenes de los sectores energético y de los materiales se recuperen lentamente durante el próximo año, a medida que la industria se consolide y gracias a unos constantes y agresivos recortes de costes, aun cuando los precios de las materias primas se mantengan en niveles muy bajos", indican desde la firma.

"Suponiendo que los márgenes regresen a sus medias históricas durante el próximo año y que los precios de West Texas Intermediate (WTI) suban gradualmente, el sector energético podría aportar hasta 2,40 dólares al BPA del S&P 500 para el cuarto trimestre de 2016", auguran. La cifra no sería suficiente para alcanzar la media de los 3,30 dólares registrada en los años de auge, pero, a su juicio, será positiva para el repunte global del BPA.

Riesgos a valorar

Es evidente que la evolución económica también marcará la nueva temporada de resultados en Wall Street. Desde la gestora estadounidense recuerdan que, a pesar de los malos datos macroeconómicos, los de EEUU "ya no son decepcionantes". Los expertos indican que, por lo general, "después de un periodo de decepción, los datos económicos con frecuencia sorprenden para bien porque las expectativas son peores. Los periodos en los que los índices de sorpresa suben, a menudo son buenos para la renta variable".

Pero cuidado. Una ralentización aún mayor del crecimiento podría tirar por tierra todas las previsiones. Algo a lo que se añaden otros factores de presión, como la probabilidad de que "las recompras de acciones también hayan alcanzado sus niveles máximos, especialmente gracias la mejora de la confianza de las empresas y a que estas encuentran otras finalidades para el efectivo, tales como las reinversiones y actividades de fusiones y adquisiciones".
 

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