En el primer semestre de 2007, los españoles pedían más dinero que nunca para comprarse una casa, una media de 185.462 euros. Tras el estallido de la crisis, esa cantidad llegó a caer cerca de un 50% hasta los 84.455 euros en el primer semestre de 2015. En la primera mitad de 2017, el último dato disponible, la hipoteca media en España es de unos 98.900 euros, una cifra similar a la alcanzada en 2012. En el último año, la cuantía media de los préstamos hipotecarios se ha incrementado un 5,7% según las últimas cifras del XXV Informe sobre el mercado de la vivienda de Tecnocasa. El análisis de los expertos de Tecnocasa muestra que las entidades bancarias han endurecido mucho sus exigencias a la hora de conceder una hipoteca desde que estallase la burbuja inmobiliaria. Uno de los datos que lo demuestra es el ratio préstamo a valor, un indicador que mide, en porcentaje, la cantidad de dinero prestado en función del valor de tasación de la vivienda. A fines de 2007, el ratio préstamo a valor era de un 86% (se concedía gran parte del valor de tasación de la casa); en 2013 apenas si se llegaba al 67%, y desde entonces ha ido mejorando hasta cerrar el primer semestre de 2017 en el 72%. Otro indicador de que los bancos comenzaron a medir mucho más la concesión de hipotecas es el tipo de contrato laboral de los hipotecados. En los años 2004, 2005 y 2006, el 40% de los hipotecados tenía un contrato temporal. A partir de 2008, ese porcentaje descendió drásticamente hasta cifras inferiores al 5%. En la primera mitad de 2017 se observa un leve repunte frente al semestre anterior, y ahora suponen el 7,7% de todas las hipotecas concedidas. Con los contratos indefinidos ocurrió justo lo contrario. Pasaron de suponer el 51% en 2007 al 82% en 2009; desde entonces, el patrón se ha mantenido casi plano hasta 2017. Ahora, el 74,2% de todas las hipotecas concedidas fue para personas con este tipo de contrato. Desde Tecnocasa también han analizado el porcentaje de ingresos que el hipotecado ha destinado a pagar la hipoteca. Lo idóneo es que ese ratio no supere el 30 o 35%, pero antes del estallido de la burbuja ese dato a veces superaba el 60%. A partir de 2009 se observa una caída brusca de casi 20 puntos porcentuales en apenas un semestre. “Los bancos comenzaron a aplicar la ortodoxia crediticia que debieron haber usado desde un inicio”, explican desde Tecnocasa. Desde 2012 y hasta 2017, el ratio oscila en torno al 25,5%. La tendencia actual es a conceder hipotecas más cortas (el 60% de las concedidas son a 30 años) y a unas cuotas mensuales más altas, aunque aún muy lejos de los máximos de 976 euros al mes alcanzados en 2007; en el primer semestre de 2017, la media está en 375 euros al mes, 10 euros más que en el semestre anterior.
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