Radiografía económica para el mundo de la inversión

En un ambiente de actividad económica y comercial mundial estable, amplia e increíblemente sincronizada, la reciente aguda evolución del euro / dólar está en la mente de los inversores como una potencial fuerza disruptiva. En este contexto, la capacidad de los bancos centrales para seguir su camino natural y ya descontado, será fundamental para asegurar que el crecimiento global no se descarrile. Desde un punto de vista macroeconómico puro, las preguntas a tratar son si las causas y las consecuencias de este movimiento indican una señal de alarma. En cuanto a las causas, parece bastante claro que la apreciación del euro es perfectamente coherente con las fuertes dinámicas económicas y el fortalecimiento de los fundamentales en la zona del euro, con condiciones financieras favorables, el aumento de los excedentes externos y con un crecimiento anual del PIB en el segundo trimestre de 2017 en el 2,3%, muy por encima de su potencial subyacente de 0,8%, e incluso superior al de su homólogo estadounidense, con un 2,2%. Además, analizan desde Lombard Odier, desde una perspectiva histórica, el euro no parece sólido por sí solo, con el índice ponderado comercial de nuevo alineado con su promedio de los últimos 20 años. En conjunto, este movimiento no sólo parece saludable, sino que también nos conforta en nuestra evaluación positiva de las economías globales en general, y de la zona del euro en particular. ¿Qué pasa con las consecuencias potenciales de tal movimiento? Hay que considerar dos elementos: la política monetaria y la dinámica económica. En relación al Banco Central Europeo (BCE), a diferencia del pensamiento común, la relación entre el euro y la inflación a largo plazo no sólo es débil, sino inexistente, como lo demuestra la correlación virtualmente nula entre el índice ponderado comercial en euros y el crecimiento anual de la inflación durante los últimos 20 años. Como tal, no esperamos que la reciente apreciación del euro impida que el BCE anuncie muy pronto el inicio de la reducción gradual de su programa de compra de activos. En cuanto a la dinámica económica, observamos que el vínculo entre la moneda y la contribución comercial al crecimiento es muy débil, excepto durante períodos de valoraciones extremas del euro. En su estado actual, estimamos que un euro aproximadamente entre un 10 y un 15% más alto, es decir, por encima de 1,30 euros / dólar, comenzaría a afectar negativamente al ciclo económico de manera no despreciable, explican desde la gestora. ¿Cuáles son los escenarios de riesgo? Un escenario de debilidad del dólar debido a factores externos supondría una preocupación. Dado que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) está en la actualidad exactamente donde se supone que debería en términos de niveles de tipos, dadas las condiciones internas subyacentes (desempleo e inflación), creemos que su capacidad de ejercer una presión al alza sobre el dólar desde los niveles actuales es limitada. Sin embargo, el hecho de que fuera capaz de anunciar, como era de esperar, la gradual disminución de su reinversión, junto con una posible tercera subida de tipos de interés este año en diciembre, también debería evitar que el dólar cayera mucho más. Por lo tanto, la incapacidad de la Fed para seguir con su disminución como se espera en el futuro, los riesgos políticos (relacionados con Trump) o los riesgos geopolíticos (Corea del Norte) siguen siendo los escenarios de riesgo más plausibles. En general, reconocemos que el ciclo económico parece bastante maduro en Estados Unidos. Sin embargo, recordemos que Europa sufrió una crisis soberana extremadamente severa en 2011/2012, con un retraso de 4 años de la crisis de las hipotecas subprime, y los beneficios locales apenas están comenzando a recuperarse, mientras que hace escasamente 18 meses que las economías emergentes se han beneficiado desde la reversión de un ciclo vicioso de 4 años en uno virtuoso, por el cual las materias primas, las monedas, la inflación importada y el coste del capital se han estabilizado para finalmente contribuir positivamente a las dinámicas macroeconómicas. Si bien parece cierto que los mercados mundiales no serán inmunes a un mercado bajista recesivo en los EE.UU., creemos que por ahora la demanda agregada y las condiciones financieras en la región abogan por una continuación de la capacidad de las empresas para generar beneficios. Hasta que el deterioro de estos indicadores (demanda y coste de capital) sean claros, el ciclo puede durar. Como tal, observaremos atentamente los salarios y la inflación en los EE.UU. como una fuente potencial de endurecimiento de la postura del banco central.

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