El balance de la legislatura en materia laboral para el Gobierno de Mariano Rajoy es negativo. Y eso que ha sido una de sus prioridades. Además, de una de las grandes promesas electorales para la convocatoria del próximo 20 de diciembre con el compromiso de la creación de más de alcanzar los 20 millones de puestos de trabajo. Pero su hoja de servicio está manchada al final de su mandato. Rajoy asumió la presidencia a finales de 2011. Tomando de referencia la EPA del último trimestre de ese ejercicio, el presidente se encontró que había 18.153.000 puestos de trabajo, cuatro años después el número de ocupados es de 18.048.700, lo que supone 104.000 menos.
Es verdad, que desde finales de 2014 se ha producido un punto de inflexión en el mercado laboral parándose la destrucción de empleo y comenzándose a generar. Sin embargo, la creación de puestos de trabajo no se ha producido para que el Ejecutivo pueda decir que durante su legislatura se ha producido un saldo positivo.
Se pueden agarrar a que tanto la tasa paro como el número de desempleado son mejores con los que abandonó José Luis Rodríguez Zapatero La Moncloa. A finales de 2014, el paro se situaba en el 22,56% con 5.287.000 personas sin trabajo. En la última EPA, la tasa de paro está al 21,18% con 4.850.000 desempleados. Pero detrás de estos números hay que tener en cuenta la disminución de la fuerza laboral que maquilla las cifras.
Desde que Rajoy tomó los mandos del país la población activa ha descendido en 592.000 personas. Una referencia importante que hay que tener en cuenta para valorar las cifras de paro. La tasa de desempleo es un denominador entre el número de ocupados y la población activa. Si esta es más baja más fácil es tener una tasa inferior. Y explica por qué baja el paro habiéndose destruido empleos.
Las casi 600.000 personas que han desaparecido del mercado laboral revelan que hay 398.000 trabajadores que durante la presidencia de Rajoy han decidido jubilarse o prejubilarse, pero el resto han abandonado porque se han ido del país o directamente han dejado de buscar trabajo ante las escasas perspectivas.
Hay que tener en cuenta tres datos para cuadrar las cifras. Desde finales de 2011, hay 656.000 extranjeros menos que han dejado de formar parte de la población activa y 119.000, españoles menos. Además, de que hay más de 727.000 personas más que buscan empleo desde hace más de dos años, y que son carne de cañón para que abandonen la búsqueda activa de empleo.
¿Empleo creado, de buena calidad?
Desde finales del año pasado se ha producido creación de empleo neta. El gran debate está siendo si es de calidad, puestos de trabajos estables y más cuando el Ejecutivo de Rajoy aprobó una dura reforma laboral que entró en vigor a los pocos meses de asumir la presidencia. Se han perdido 352.000 puestos de trabajo indefinidos en casi cuatro años, pero en cambio hay 253.000 contratos más temporales y 7.300 personas más no asalariadas, que gran parte suelen ser autónomos. Si con Zapatero la tasa de temporalidad estaba en el 20,7%, con Rajoy ha aumentado al 21,7%.
También con el actual presidente se ha disparado los puestos de trabajo a tiempo parcial un 12,2%. Actualmente, hay 2.75 millones de personas que trabajan por horas, de los cuales casi el doble quiere un puesto de trabajo a tiempo completo. La tasa de parcialidad ha pasado del 13,5% al 15,23%.
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