Se conoce como un cisne negro en el mercado a un hecho imprevisible cuyas consecuencias tampoco se conocen, pero que podrían resultar devastadoras de hacerse realidad. Y eso es precisamente a lo que juegan grandes fondos de inversión, ante la evidencia de que, año tras año, se produce alguna sorpresa que agita como un terremoto los mercados financieros. Sin ir más lejos, en 2015 encontramos el desplome del mercado chino en verano.
Algunos expertos empiezan a apuntar a que la gran sorpresa negativa en los próximos meses podría llegar de la mano de una recesión en EEUU. Un evento que obligaría a la Reserva Federal (Fed) a recular en su nuevo ciclo de política monetaria. No sería algo nuevo. En los últimos años, otros bancos centrales como el de Canadá, Australia, Nueva Zelanda o el propio Banco Central Europeo (BCE), han tenido que dar marcha atrás en su decisión de subir tipos para bajarlos inmediatamente después.
Según los expertos de Standard Chartered, la Fed sí elevará los tipos de interés en su reunión de diciembre por primera vez desde 2006. Y así seguirá hasta finales de 2016, cuando estos expertos vaticinan que la economía estadounidense se quedará sin fuerzas, obligando a Janet Yellen a recular en su decisión. En una entrevista concedida a Bloomberg, el economista jefe de la firma, Marios Maratheftis, explica que "ya hemos visto lo mejor de la economía de EEUU, y la Fed se verá obligada a recular".
Se trata de una afirmación muy contraria al mercado. De media, el consenso estima que los tipos de interés en el país se situarán en el 1,25% a finales del próximo año. Y ninguno de los otros 70 analistas que conforman el consenso de Bloombger observa una reducción de las tasas en 2016. Por su parte, Standard Chartered predice que los tipos se situarán en el 0,75% en marzo, antes de retornar de nuevo al 0,5% en el último trimestre de 2016, para pasar después al 0,25% en 2017.
La previsión de los expertos se basa en sus expectativas macro para el país, anticipando que la economía estadounidense se desacelerará en 2016 al 1,6%. Una cifra muy por debajo del consenso, que espera una expansión del 2,5%. A su juicio, el gasto del consumidor se deteriorará, así como los niveles de creación de empleo, que se reducirán a la mitad (recordar que el último dato de noviembre indicaba la creación de 211.000 puestos de trabajo)
Standrad Charteres no es la única firma que ha alertado sobre el futuro macro de EEUU. En un reciente informe, los analistas de Citi señalan el peligro (por el ciclo) que supone entrar en el séptimo año de expansión para el país, otorgando una probabilidad del 65% a que su economía entre en recesión el próximo año, anticipando un aplanamiento de la curva mayor. A su juicio, el problema está precisamente en un mercado laboral que mejora, pero sin un incremento de la inflación salarial.
Bajo el escenario actual, Simon Ward, economista jefe de Henderson Global Investors, explica que las recesiones tienen lugar cuando los ciclos económicos se debilitan de forma simultánea. "Existen tres ciclos clave: el ciclo de la renta variable (de tres a cinco años de duración), el ciclo de inversión empresarial (de siete a once años) y el ciclo inmobiliario (de quince a veinticinco años)". Tal y como recuerda, en EEUU todos ellos tocaron fondo en 2009, lo que explica la gravedad de la gran recesión.
"Se espera que el ciclo de la renta variable toque de nuevo fondo en 2016 o 2017, mientras el ciclo de la inversión empresarial podría alcanzar su punto mínimo en cualquier momento entre 2016 y 2020", indica en su último análisis. En este sentido, advierte que si el ciclo de la inversión cae hasta mínimos antes de tiempo, podría desencadenar una recesión el próximo año.
"La situación financiera de las empresas estadounidenses se está deteriorando y la Fed va camino de endurecer su política monetaria, por lo que esta hipótesis es posible. No obstante, si se diera una recesión, ésta no sería muy pronunciada, ya que el ciclo inmobiliario continuaría repuntando", matiza.
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