Durante la primera sesión de la semana, la libra tocaba ayer los 1,4475 dólares por primera vez en 5 semanas. La comparecencia de Obama de este fin de semana en Alemania, advirtiendo de que un posible acuerdo de libre comercio entre ambos países se retrasaría hasta 10 años si gana el ‘sí’ en el referéndum, ha sido el principal impulsor del rebote.
Pero los expertos saben que a medida que se acerque el 23 de junio, la divisa volverá a notar la presión digan lo que digan las encuestas. Luke Newman, cogestor de la estrategia Henderson UK Absolute Return, explicaba en un reciente informe que el deterioro experimentado por la libra durante el primer trimestre es fiel reflejo de la incertidumbre política que aqueja al Reino Unido. "La posibilidad del Brexit podría postergar la inversión extranjera directa (IED) en los próximos meses, lo que mermaría aún más la divisa", advierte.
A su juicio, esto puede brindar la oportunidad de adquirir posiciones "cortas" en empresas afectadas por costes de importación incrementados, como por ejemplo minoristas de alimentación y textil. "Por el contrario, las empresas cotizadas en el Reino Unido que extraigan un elevado porcentaje de beneficios en el extranjero (el 74% de los ingresos de sociedades integradas en FTSE 100 por mercado final se encuentran fuera del país) podrían resultar beneficiarias".
Los analistas de Bankinter coinciden al señalar que el Brexit pondría en cuestión la posición privilegiada de Reino Unido como destino de inversión extranjera directa para compañías de terceros países que buscan acceso al mercado común de la UE. "Por lo tanto, estimamos que el tipo de cambio se mantendrá en un rango 0,78 / 0,80 durante el segundo trimestre, sin descartar que el cruce pudiera situarse de forma puntual por encima de 0,80 si las encuestas llegaran a señalar una clara ventaja del Brexit", señalan.
Sin embargo, ven un panorama más favorable para la divisa británica para finales de año. A su juicio, y una vez despejada la incertidumbre del Brexit, la economía británica volverá a expandirse a ritmos superiores a +2%, lo que hará más atractiva la inversión el Reino Unido. Indican además que una leve aceleración de la inflación llevarán al Banco de Inglaterra a subir los tipos de interés a principios de 2017. "La combinación de un aumento de tipos en Reino Unido con una política monetaria expansiva del BCE resultará un factor alcista sobre la libra esterlina que debería apreciarse hacia un nivel cercano a 0,73 a finales de 2016 y hacia 0,70 a lo largo de 2017", explican.
Pero, ¿de qué depende que se tomen unas medidas o precisamente las contrarias? "No sólo del Referéndum en sí, de su resultado, como también del resto de los mercados internacionales. Y naturalmente de la propia situación interna", explica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, en alusión a la futura política del Banco de Inglaterra.
"Ya hemos comentado que el deterioro de los riesgos domésticos ha sido evidente en los últimos meses: déficit exterior, elevado consumo (y bajo ahorro), creciente deuda y sobrevaloración real estate. Tanto, que la caída de la libra aunque identificada por la incertidumbre del Referéndum incluso se puede considerar una buena noticia para amortiguar parte del escenario de riesgo doméstico", explica.
En la firma estiman que la moneda ya ha descontado con un descenso del 8% la posibilidad de un Brexit. "El ‘No’ podría llevar a un ajuste al alza del 2% inicialmente y del 6% restante de forma progresiva", explica, advirtiendo que, por el contrario, un Brexit podría empujar la moneda más abajo "con una depreciación adicional del 3% que se podría ampliar hasta un 12% durante el siguiente mes".
Para los expertos de JP Morgan AM, "podemos esperar que la libra se mantenga débil hasta la celebración del referéndum. La posición fiscal relativamente saneada del Reino Unido sugiere que los gilts no se verían muy afectados y es probable que los tipos de interés a corto plazo del mercado monetario continúen bajos porque el BoE no variará su postura con respecto a los tipos de interés de referencia". Sin embargo, recuerdan que durante otros periodos de incertidumbre política (en particular, antes del referéndum escocés de 2014) "la curva de tipos ganó algo de inclinación con respecto a la estadounidense, algo que podría volver a suceder si las encuestas se mantienen ajustadas".
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