Según sus propios datos, el saldo vivo actual de deuda empresarial no financiera es cercano a los 900.000 millones de euros, unos 500.000 millones tendrían ‘grado de inversión’. Una cifra que equivaldría, alrededor del 5% del PIB, cuando el plan completo del BCE está previsto para igualar aproximadamente al 18% del mismo.
Los primeros datos, a casi un mes de la presentación del ‘bazuca de Draghi’, sugieren que la mera perspectiva de estas adquisiciones ya está teniendo un impacto positivo en estos activos. Ya sabe, el mercado siempre se adelanta… Parece que las empresas están emitiendo nuevo papel y el spread de los títulos corporativos frente al bund alemán con el mismo vencimiento se ha reducido en unos 20 puntos básicos. En cuanto al impacto sobre la economía real, podrían ser una forma más directa de impulsar la inversión.
Sin embargo, para Capital Economics aún es "demasiado pronto para afirmar que esta medida será eficaz". Primero, explican, porque no podrá comprar los 500.000 millones de deuda existentes: "Incluso si compra hasta el límite de emisión, como mucho alcanzaría los 165.000 millones". Por otra parte, "aún cuando tenga éxito a la hora de reducir las yields más, no está claro que esto derive en un aumento significativo de los préstamos y la inversión".
Y es que, recuerda, hay pocas evidencias de falta de liquidez para las empresas, que, además, en Europa tienden a confiar más en la financiación bancaria, actualmente a muy bajos tipos de interés. Finalmente, añaden, "la inversión suele llegar de la mano de una recuperación económica más amplia, y no es el caso".
Greg Venizelos, estratega del equipo de research de AXA IM, por su parte, llama la atención sobre los beneficios para la deuda high yield. Como ‘comprador de último recurso’, explica, el BCE "debe, en efecto, convertirse en un tope de liquidez del mercado, alentar a los inversores a participar y absorber la oferta de ‘grado de inversión’ en euros".
El reequilibrio de carteras consecuente debería "reducir los diferenciales del high yield, ya que los inversores buscarán activos con mayores rendimientos". De hecho, este experto señala que los diferenciales del crédito no financiero elegible de la Zona Euro deberían caer hasta un 40% respecto a los niveles pre-BCE.
Finalmente, el Departamento de Análisis de Bankinter añade, no obstante, que el "riesgo de crédito en el segmento high yield es notablemente más alto". Con todo, Fitch considera que "el high yield europeo se encuentra en mejor forma que el estadounidense", afirman estos expertos, pues este último se encuentra muy expuesto a las estresadas commodities y cuenta con una mayor proporción de vencimientos que refinanciar con peores notas, al tiempo que ha tenido que soportar un aumento considerable de los spreads desde 2010.
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