Pasar junto a la Freedon Tower ya no es sólo mirar hacia arriba, a sus imponentes 542 metros de altura. Ahora es mirar hacia su puerta principal, por fin abierta y con movimiento. Una señal de que la normalidad ha vuelto finalmente a la que durante años fue llamada "zona cero".
"Es un momento agridulce. Nervios, emoción, pero sobre todo me siento positiva", afirma una neoyorquina que pasa junto a la recién inaugurada torre. "Se trata de un nuevo capítulo, un nuevo comienzo, me siento emocionado", dice otro.
Emocionados también se encuentran los turistas. Cientos de ellos pasan cada día por esta zona. "Es increíble pensar que en 2001 se cometió el mayor atentado terrorista de la historia justo aquí en este punto. Ver esta grandiosa torre abierta ahora hace que tengamos fe", dice Francisco, colombiano. "Me sobrecoge pensar lo que se debió vivir aquí aquel 11 de septiembre. Tengo sentimientos encontrados, tristeza pero a la vez ilusión y esperanza", dice Marina de Chile.
Los 104 pisos de la Torre de la Libertad y sus 1.776 pies de altura (en referencia al año de la declaración de independencia de Estados Unidos) no dejan indiferente a nadie. El principal rascacielos del nuevo World Trade Center de Nueva York muestra el orgullo de la recuperación neoyorquina tras la tragedia.
"La vuelta de la actividad al edificio es el símbolo de la resistencia de toda la gente de Nueva York y supone un momento extraordinario para todos los neoyorquinos", decía el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo.
La inmensa torre de acero y cristal se levanta junto al museo del 11S y a los dos enormes monumentos en forma de cascadas de agua situados donde se encontraban las Torres Gemelas, que recuerdan a los casi 3.000 muertos en los atentados.
La construcción del edificio no ha estado exenta de problemas. Se inició en el año 2006 y su inauguración se ha retrasado varias veces. Su coste también se ha disparado hasta los 3.900 millones de dólares.
Las preocupaciones sobre la seguridad del rascacielos son escasas, aunque muchas empresas han preferido evitar trasladarse aquí, precisamente por motivos de seguridad. Los posibles inquilinos todavía se hacen preguntas al respecto. En respuesta Patrick Foye, director ejecutivo de Port Authority de Nueva York y Nueva Jersey, decía que "este es el edificio de oficinas más seguro no sólo del país, sino el más seguro del mundo"
Nuevos inquilinos
Los 175 empleados de la editorial Conde Nast que ya se han instalado en la Torre de la Libertad son sólo una avanzadilla de los más de 3.400 trabajadores de la empresa que se mudarán aquí en los próximos meses. La compañía que es propietaria, entre otros, de Vogue, The New Yorker o Vanity Fair, ha alquilado por 25 años las plantas que van de la 20 a la 44, un tercio del espacio disponible en la torre. Patricia Rockenwanger, vicepresidenta de la editorial, señalaba que "por ahora solo se ocuparán cinco plantas hasta que lleguen el resto de empleados a principios de 2015".
Alrededor del 55% del espacio disponible en el rascacielos ya ha sido alquilado a diferentes empresas, según afirman desde Port Authority de Nueva York y Nueva Jersey, propietarios del edificio. Conde Nast compartirá espacio con otras compañías que tienen previsto mudarse en los próximos meses, como son la firma de publicidad Kids Creative, el grupo inversor BMB Group, el gestor de estadios Legends Hospitality y Servcorp, proveedor de oficinas ejecutivas.
Por su parte la Administración de Servicios Generales del gobierno reservó 25.550 metros cuadrados. Y el Centro de China, un núcleo comercial y cultural, ocupará otros 17.750 metros cuadrados.
Estos inquilinos tendrán que hacer frente a millonarios alquileres con los que los propietarios esperan recuperar la enorme inversión. También lo harán gracias a los ingresos de las visitas al observatorio que abrirá el próximo mes de abril. En el "One World Observatory" los visitantes podrán recorrer tres pisos del edificio, tomar imágenes panorámicas de la ciudad o comer en el bar y los tres restaurantes que abrirán en primavera. Un conserje virtual dará la bienvenida a los turistas que deberán pagar 32 dólares por la entrada. Se espera que la atracción atraiga a más de 3,5 millones de personas al año.
Resurgimiento del Bajo Manhattan
La Freedom Tower no hace sino dar un empujón definitivo a la recuperación del distrito financiero de Nueva York, que se materializará del todo cuando se complete el complejo con otros dos edificios aún en construcción. "Con la llegada de los primeros empleados a las modernas oficinas del One Word Trade Center se marca el final de un capítulo en el renacimiento del Bajo Manhattan", señalaba Jessica Lappin, que preside la alianza de negocios locales de la zona. Esas primeras señales de resurgimiento se han hecho evidentes en los últimos meses con la apertura de numerosas tiendas de lujo en el área. Además, el traslado a la zona de gurús de las nuevas tendencias como la redactora jefe de Vogue, Anna Wintour, o el anuncio del gigante de la comunicación Time Warner de mudarse al sur de Manhattan, no harán sino revalorizar y reactivar esta zona, símbolo de la recuperación de la ciudad 13 años después.
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