Muchas reacciones antiglobalización, canalizadas a través del populismo político, encuentran justificaciones de lo más variado. Para unos, las naciones emergentes, como China, han crecido rápidamente a expensas de los occidentales. Compitiendo, de alguna manera, con las cartas marcadas (desde subsidios del estado hasta cierta laxitud en sus normativas laborales o medioambientales). Esto, en definitiva, las habría dado una posición de ventaja injusta. Y, consecuentemente, estaría detrás de ...