Las últimas citas con las urnas en los desarrollados, Grecia, Portugal o las autonómicas catalanas, se han saldado con un resultado que mantiene el statu quo y, por tanto, no pone nervioso al mercado. Sin embargo, en el horizonte nos encontramos con las elecciones generales de diciembre en España, cuyo ajustado resultado que apunta al fin de las mayorías también en nuestro país, mantiene alerta a los inversores. Tanto es así, que la semana pasada Moody’s prefería esperar a que se celebren antes de subir el rating, a pesar de que su nota se sitúa por debajo de las de Fitch o Standard & Poor’s, que no hace ni un mes si mejoraba la calificación.
A vueltas con la fortaleza del crecimiento, la necesidad de medidas de estímulo y apoyo, así como de ajuste presupuestario y de deuda, han introducido el factor político con fuerza en unos mercados muy dependientes del respaldo y el control público. Una nueva fuente de dudas que, en el caso de los emergentes, se suma al hundimiento del petróleo, el debilitamiento de China, el nerviosismo sobre la Reserva Federal (Fed) y los desajustes internos de muchas naciones.
"El riesgo político en aumento en varios países emergentes ha añadido un peso idiosincrásico a una perspectiva de por sí difícil", afirman los analistas de Barclays. Por ejemplo, los recientes acontecimientos violentos en Ankara han añadido aún más incertidumbre a las elecciones que Turquía celebrará el próximo uno de noviembre, mientras las encuestas apuntan a un resultado no concluyente y negociaciones para crear coaliciones potencialmente tensas.
"No está claro si los últimos incidentes trágicos reforzarán la posibilidad de una gran coalición (AKP-CHP) o complicarán aún más el proceso de formación de un Ejecutivo", lo que sí parece claro para estos expertos es que "nubla las perspectivas de las calificaciones, ya que podría desalentar la entrada de capitales, exponiendo la vulnerabilidad externa del país", subrayan.
Mientras tanto Polonia y Argentina también celebran comicios, y esta misma semana; con escasa visibilidad en el primer caso: "El principal partido tiene escasas posibilidades de obtener una mayoría absoluta, aunque un resultado dividido podría ser menos negativo para los activos en moneda local, ya que puede limitar las medidas políticas poco ortodoxas que conllevaría una mayoría de Ley y Justicia".
"Un rayo de sol"
Con todo, el Banco Central Europeo (BCE) podría dar una "alegría" a los emergentes, pues la firma británica considera que una extensión de las compras de activos (QE) más allá de septiembre de 2016, que podría producirse en la reunión de este mismo jueves, debería apoyar la demanda y, en última instancia el mejor comportamiento, de los bonos soberanos de estos países, en relación con sus homólogos en dólares.
Así, recomiendan agregar posiciones en deuda denominada en euros de Europa central y oriental, y ven valor en bonos también en dicha divisa de Indonesia y Sudáfrica. En moneda local, consideran que Hungría se beneficiará más que Polonia.
Por otra parte, José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, matiza que "es preferible ir conociendo datos (políticos) que no vivir esperándolos (…) ¿Qué les da miedo lo que puede llegar? Sinceramente, a mí me da más miedo vivir en la incertidumbre (…) teman lo desconocido no tanto lo que saben que puede ocurrir. Y qué puede salir mal".
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