En la XV Edición de Madrid Fusión, el chef con estrella Michelin Rodrigo de la Calle llevó a cabo una conferencia titulada “La avena, más que un desayuno” sobre la avena y sus múltiples beneficios. Durante la misma, el chef le otorga un puesto fundamental a nivel nutricional dentro de la alta cocina y descubre algunos de los beneficios más ocultos de un ingrediente lleno de posibilidades más allá del desayuno. La avena, uno de los cereales más completos a nivel nutricional Si buscamos en el diccionario de la RAE la palabra “avena”, leeremos: “Planta anual de la familia de las gramíneas, con cañas delgadas, guarnecidas de algunas hojas estrechas, y flores en panoja radiada, con una arista torcida, más larga que la flor, inserta en el dorso del cascabillo, y que se cultiva para alimento”. Sin embargo, a nivel nutricional esta planta es mucho más y aporta al organismo múltiples beneficios que De la Calle enumeró a los asistentes durante su conferencia en Madrid Fusión: • Ayuda a reducir el colesterol: Cada porción de avena (40 gramos) contiene un 47% de los 3 gramos de beta-glucanos que se recomiendan al día y que ayudan al mantenimiento de los niveles normales de colesterol en sangre. • Reduce el riesgo de enfermedad cardíaca: Diversos estudios apuntan a que los beta-glucanos que contiene la avena, además de una dieta equilibrada, pueden ayudar a reducir el colesterol y, consecuentemente el riesgo de enfermedades del corazón. • Por su alto contenido en fibra nos puede ayudar a prevenir de alteraciones como el estreñimiento, diabetes o sobrepeso. La fibra que contiene puede ayudar a mantener un sistema digestivo saludable. • El consumo de avena, por su contenido natural en vitaminas y minerales como la tiamina, la vitamina B6, el folato, el hierro, el magnesio y el zinc aporta algunos beneficios relacionados con estos nutrientes como el correcto funcionamiento de los sistemas nervioso, cognitivo, inmunológico y reproductor, la función psicológica, así como a la función correcta de los músculos y huesos, entre otros. El desayuno debería ser completo, es decir, aportar los nutrientes necesarios para empezar el día y la avena es un gran candidato para ser clave en un desayuno saludable. En el desayuno se debería ingerir entre el 20 y el 25% de la energía del día. Es decir, para un adulto con unas necesidades diarias de 2.000 kcal, esto supondría unas 400-500 calorías, aunque dependerá mucho del tipo de persona y de su actividad diaria. Un desayuno ha de incluir hidratos de carbono – preferiblemente de lenta absorción como los que aportan los cereales integrales como la avena-, proteínas, vitaminas y minerales– de los cuales la avena también tiene una gran cantidad de ellos (la tiamina, la vitamina B6, el folato, el hierro, el magnesio y el zinc).
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