Maranhão, en sustitución del recién suspendido Eduardo Cunha, ha anunciado que suspende el proceso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff, cuya culminación se esperaba este miércoles 11 tras la última votación el Senado, que daría su aprobación para que la apertura de juicio político a la presidenta.
Eduardo Cunha, hasta hace pocos días presidente de la Cámara baja brasileña, fue uno de los principales impulsores del "impeachment" de Rousseff. Ahora, su sustituto, quien votó en contra de la apertura de juicio contra la presidenta, decidió apoyar una demanda de la Abogacía General de la Unión, que denunciaba al menos cuatro ilegalidades durante la votación en el Congreso por la que se aceptó que la destitución de Rousseff pasase a ser votada por el Senado, quien tiene la decisión final. Además, Maranhão es un aliado del gobernador Flávio Dino, uno de los principales partidarios de Rousseff, según explica el diario brasileño Folha de S.Paulo.
Tras este dictamen, Maranhão esperaba que la votación volviera de nuevo a la Cámara baja. Sin embargo, pocas horas después, el presidente del Senado, Renán Calheiros, tildaba la decisión de Maranhão de "intempestiva" y se ha negado a aceptarla. Por ello, la votación prevista para mañana día 11 continuará, el último paso que decidirá si Dilma Rousseff es apartada de su cargo durante el tiempo que dure el juicio político.
Pese a que se mantiene el proceso tal y como está, esta discrepancia de opiniones entre los dirigentes políticos de Brasil muestra las tensiones que se viven en el país latinoamericano con motivo del presunto maquillaje de cuentas que habría realizado Rousseff, y por lo que se busca su destitución.
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