Ryanair se hizo popular por sus tarifas irrisorias que iban acompañadas de todo un ritual para el pasajero que no hacía nada cómodo viajar con la compañía. Mediciones de maleta antes de subir a bordo, asientos sin numerar y un sinfín de anuncios durante el vuelo acompañaban los precios bajos de sus vuelos. Sin embargo, desde hace unos meses la compañía trata de cambiar la percepción para sus pasajeros.
El último anuncio en esta dirección busca reducir las tarifas que cobra la compañía por facturar en los aeropuertos. Así el cargo por este concepto se reduce de 70€ a 45€, y el suplemento por pérdida de vuelo baja de 110€ a 100€. Esta reducción se une a la creación de cinco cinco categorías de precios diferentes y recargos más bajos para los equipamientos de menor tamaño en equipamiento deportivo.
Todo esto ha ido acompañado de un cambio en la estrategia de marketing de la compañía. Desde una mejora en la página web para hacerla más visual hasta un cambio en las campañas publicitarias de la empresa que ahora muestra a familias contando lo agradable que es viajar en Ryanair. La aerolínea ha pasado de mostrar la cara más gamberra de su presidente Michael O’Leary a buscar la simpatía del cliente por el trato recibido.
Sin embargo, parece complicado conseguir cambiar la percepción de unos clientes que han ligado desde sus inicios la imagen de la compañía a incomodidad y una serie de requisitos para viajar en ella que complicaban el viaje. Esto ha ido acompañado de un nuevo director de marketing que la compañía fichó el año pasado. Kenny Jacobs era hasta ocupar el cargo en la aerolínea el jefe de marketing del comparador de precios Money Supermarket. Su entrada se completó con varios nombramientos en la dirección de la empresa con el objetivo de implementar una serie de movimientos que hicieran mejorar la satisfacción de sus clientes.
Un cambio de estrategia que llegó tras haber protagonizado varias polémicas por las condiciones de vuelos de sus tripulantes y por una supuesta falta de combustible en algunos vuelos. A esto se unieron unas cifras económicas que no llegaron a conseguir las expectativas deseadas.
Venta en agencias
La aerolínea irlandesa se había negado durante años a comercializar sus billetes a través de las agencias de viajes. Sin embargo, en septiembre del año pasado acabó pasando por el aro. Es momento de cambio", dijo rotundo Michael O’Leay, consejero delegado de Ryanair en la presentación de la nueva estrategia de venta. "Pido perdón por otro error cometido durante los últimos diez años", apuntó al referirse a este cambio de estrategia que rompe con la tradicional postura de la compañía de criticar a estos operadores. O’Leary había hecho duras críticas en el pasado respecto a las agencias de viajes a las que acusaba de "engañar" a los clientes y cobrar "elevadas comisiones".
El director general de la compañía aseguró en ese momento sentirse muy emocionado por este acuerdo que considera puede hacer incrementar el número de pasajeros. El acuerdo, que definió como un "matrimonio" al ser preguntado por la duración del mismo le permite a la compañía comercializar sus billetes a través de la plataforma tecnológica Amadeus. Entre los objetivos de la aerolínea se encuentra además llegar a los viajes de empresa.
En este sentido de cambio de venta de billetes también se enmarca la nueva web de la compañía. Ryanair tenía desde hace años una página complicada para el cliente. La nueva imagen del site es más sencillo para la compra y se sitúa en la línea de buscar una mayor satisfacción para el cliente.
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