En una nota remitida a clientes, los analistas de Citi lo tienen claro. Tres son los factores que deben jugar un papel principal en la evolución del S&P 500, el Dow Jones y el Nasdaq. Para empezar, el ansiado repunte en los resultados empresariales. Y aunque las cifras han caído en la última temporada, lo cierto es que las cifras han sido algo mejor de lo esperado.
Según datos recopilados por Capital Markets, el BPA (beneficio por acción) promedio del S&P 500 se situó en el -2,6%, frente a la caída esperada del -5,6% y el -6,7% trimestre anterior. Sin embargo, solo el 72,2% de las compañías baten expectativas frente al 72,3% trimestre anterior. Eso sí, solo el 17,2% se ha quedado por debajo de las previsiones frente al 20,3% trimestre anterior, lo que, a juicio de Citi, podría indicar que las expectativas de resultados estaban puestas ya en precio.
Otro de los factores que impulsaría a nuevos máximos a Wall Street sería, por lógica, nuevos flujos de entrada en la renta variable del país. Lo cierto es que tras la victoria del Brexit, muchos grandes fondos optaron por limitar su exposición a las Bolsas europeas para centrarse en la selección de valores en EEUU, con mejores expectativas económicas y menos afectados por la debilidad de ciertos sectores como la que presenta el bancario europeo.
Aún así, los expertos de Citi advierten: "con cuestiones pendientes como el impacto de Brexit y la política fiscal con las elecciones de Estados Unidos, parece difícil llegar a conclusiones de gran alcance en este momento". Y pese a los máximos recientes, los expertos consideran que Wall Street sigue siendo una clase de activo "bastante despreciado".
A su juicio, la renta fija seguirá ganando popularidad en los próximos meses. "Los precios de las viviendas alcanzaron su punto máximo en 2006, pero la gente seguía comprando casas a lo largo de 2007. Sospechamos que existe el mismo riesgo en bonos, especialmente aquellos con rendimientos negativos", advierten desde la firma. En términos de valoración, los expertos explican que el ratio Earning Yield Gap (EYG) sugiere que las acciones probablemente aumentarán en los próximos tres, seis y 12 meses
Pero lo dejan claro: "Los inversores deben recordar que septiembre es a menudo un mes cruel para las acciones".
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