Javier González, emprendedor de coaching, expone seis pautas que harán más fácil esta separación de facetas:
- Realiza rituales de separación que indiquen el final de una actividad y comienzo de otra. Por ejemplo, ponerse ropa cómoda al llegar a casa o llamar en el trabajo antes de llegar. Son pautas que han de repetirse y que tengan un significado y valor real para quien las realiza. Han de practicarse siempre en las mismas circunstancias.
- Divide y vencerás, el famoso proverbio romano tiene mucha utilidad en este caso ya que al dividir su día entre tiempo dedicado al trabajo y tiempo para los tuyos conseguirá disfrutar de un pleno equilibrio. Si es necesario fije horarios.
- Los dispositivos móviles se han convertido en una gran ayuda para el desarrollo del trabajo pero una vez llegar a casa es una gran idea guardar móviles, tablets, etc. y destinar ese tiempo que se emplearía en revisar correos o preparar un informe para charlar y pasar un rato agradable en familia.
- Si se hace un after work con los compañeros del trabajo es una gran idea pero hay que evitar hablar de temas laborales. Fuera del entorno es un momento perfecto para hablar de otros asuntos que no supongan volver a tener la mente puesta en las obligaciones.
- La vida personal no sólo se centra en la familia, ver a los amigos y fomentar nuestra vida social es una vía de escape sencilla para poner en práctica.
- El deporte no sólo tiene beneficios en el cuerpo. Salir a caminar, correr, ir al gimnasio… Elija la actividad deportiva a la que pueda dedicar 30 minutos todos los días. Estos minutos diarios bastarán para liberar las tensiones del trabajo y conseguir un mejor rendimiento laboral.
hemeroteca