Afirma este experto que la oleada de ventas en los activos de riesgo provocada por la decisión de Reino Unido de salir de la Unión Europea (UE) "puede crear oportunidades en valores con fundamentales positivos y valor relativo", como por ejemplo las acciones de calidad y con crecimiento de dividendos.
Y es que, apunta, antes del Brexit el mercado contaba con una "amplia gama" de valoraciones, pero con "pocos" activos baratos. El modesto crecimiento mundial, las bajas expectativas de inflación y las políticas monetarias de los bancos centrales han reducido las rentabilidades al mínimo, intensificando los flujos de capitales hacia activos orientados a la obtención de retornos.
"Esto explica en parte las fuertes diferencias de precios entre acciones y bonos" y las preocupaciones políticas en Europa "han exacerbado otras diferencias clave".
Un contexto, aconseja, en el que la selectividad y la precaución son claves. Es decir, el inversor debe "tener cuidado con los activos ‘teóricamente’ baratos que se enfrentan a importantes desafíos (como el inmobiliario británico o la banca europea)" y centrarse, en cambio, en aquellos con precios "relativamente atractivos y fundamentales fuertes": calidad, dividendo y bonos con grado de inversión.
En este sentido, la firma revisaba recientemente al alza su visión de corto plazo sobre la deuda estadounidense, pues, más allá de los retos a los que se enfrenta la economía y los mercados, espera que la Reserva Federal (Fed) siga acomodaticia.
Sobre la estrategia de inversión basada en la remuneración al accionista recomienda centrarse en títulos con potencial para aumentar estos pagos.
Recuerda este experto que "las acciones estadounidenses que distribuyen dividendos han batido al S&P 500 en el último año, una tendencia que hemos visto también en otras regiones (…) En lo que va de 2016, el volumen de inversión en ETPs centrados en dividendos ha alcanzado los 7.400 millones de dólares, más de siete veces el total captado en 2015".
hemeroteca