¿Sigue el entorno favorable para Estados Unidos?

La guerra comercial está eclipsando la fotografía de fondo que tiene Wall Street. Y es que el incremento de la predisposición al riesgo registrado las últimas semanasse vio fomentado por el flujo de datos favorables en Estados Unidos. No solo la confianza del sector manufacturero estadounidense alcanzó en agosto su máximo de los últimos 14 años, sino que la confianza de los consumidores estadounidenses se ubica actualmente en su segundo punto más alto desde 2004.

Según analizan desde Nordea AM, al mismo tiempo, tanto la inflación subyacente norteamericana como los precios a la producción sorprendieron a la baja la semana pasada. Por su parte, los mercados emergentes presentan una situación más austera. Nuestro indicador preferido, el crecimiento de la oferta monetaria en China, sugiere que «la ralentización del crecimiento se acentuará, lo que también está afectando al resto del mundo, especialmente a Europa».

Los analistas apuntan que cabe destacar dos puntos clave según la agenda macroeconómica de los últimos días: en primer lugar, los datos favorables de Estados Unidos (solidez del crecimiento/reducción de la inflación) sostienen podrían «beneficiar a los activos emergentes a corto plazo, dado que alivian ligeramente la presión del endurecimiento monetario de Washington».

Sin embargo, los datos de un solo mes no son suficientes para «constituir una tendencia». La subida de tipos en septiembre por parte de la Fed se considera prácticamente un hecho consumado y hará falta algo más que este entorno para que renuncie a subirlos en diciembre.

Las últimas declaraciones de la Fed tuvieron un tono más restrictivo, lo que podría haber contribuido a que los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años volviesen a rebasar el umbral del 3%. En pocas palabras, los débiles datos de inflación en Estados Unidos no son la panacea para unos desfavorecidos activos emergentes, a pesar de que vayan a verse favorecidos a corto plazo.

En segundo lugar, los indicadores de actividad económica siguen apuntando a la fortaleza estadounidense, la debilidad de China y una Europa en tierra de nadie entre estos dos polos. Para los inversores que no quieran operar a corto plazo, dicen desde Nordea AM, «la sobreponderación de los activos de los mercados desarrollados debería seguir constituyendo la asignación más idónea».

Reducir los riesgos de caída por medio de activos que guardan una escasa correlación con el mercado general, como las inversiones alternativas líquidas (gráfico de la derecha), «siguen siendo una opción atractiva ante el incremento de los riesgos macroeconómicos».

2018-09-21 10:49:11

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