Nueva jornada de reuniones maratonianas en la zona euro. Las negociaciones entre Grecia y sus acreedores se han reanudado a primera hora de la mañana y acabarán a medio día con la reunión de los ministros de finanzas del Eurogrupo previa a la Cumbre que se celebrará por la tarde. El objetivo: evitar el colapso de la economía helena antes del 30 de junio, cuando vence el plazo para que Atenas haga frente a los 1.540 millones de euros que debe al FMI, coincidiendo con la expiración del segundo tramo del rescate. Ese mismo día, debe pagar salarios y pensiones por 2.500 millones de euros.
Y julio no se presenta mucho más fácil, con el pago de amortizaciones de préstamos y bonos (letras y bonos internacionales), cupones de bonos del Gobierno que, según datos recopilados por JP Morgan AM, ascienden a unos 7.820 millones de euros. Pero vayamos paso a paso. Si Grecia no cumple con el FMI, el país no entraría en impago de deuda, pero sí en mora. Para ver un default, la fecha clave sería el 20 de julio, cuando el país debe devolver parte de los 7.200 millones de euros prestados por el BCE. En concreto, 3.500 millones de euros.
"Ante esta situación, parece cada vez más probable que Grecia acabará incumpliendo alguna de sus obligaciones con las instituciones oficiales y con otros gobiernos. Pero ese impago no implicaría una salida automática de la eurozona", explica Stephanie Flanders, Responsable de estrategia de mercados para Reino Unido y Europa de JP Morgan AM. Desde la firma indican que el principal problema es que los miembros del consejo de gobierno afirman que restringirán rápidamente la financiación de los bancos helenos si Grecia incumple el pago del próximo 30 de junio. "Pero, si se alcanzase algún tipo de acuerdo con los acreedores, es más probable que la institución se limite a restringir el acceso a la línea de liquidez de emergencia (y a aumentar la quita sobre los bonos griegos usados como garantías), en vez de cerrar completamente el grifo", indican.
Y es que la liquidez de los bancos es clave para que la economía del país siga funcionando. Desde JP Morgan indican que si Grecia incumple, el Gobierno podría tomar dos medidas respecto al sistema financiero. Aplicar ‘festivos bancarios’, "lo que implicaría una congelación efectiva y temporal de la actividad", o aplicar controles de capital. "Este tipo de controles funcionaron relativamente bien en Chipre, que los aplicó en 2013 durante la negociación del programa de rescate bancario con sus acreedores europeos. Pero, en el caso chipriota, las negociaciones solo concernían al rescate bancario y los controles de capital se impusieron únicamente con la aprobación de otros miembros de la UE", recuerdan los expertos.
Para Russ Koesterich, director de inversiones de BlackRock, el BCE ha gestionado bien de momento el riesgo de la fuga de capitales del sistema financiero heleno, elevando los mecanismos de asistencia para proporcionar liquidez a los bancos del país. Sin embargo, asegura que "esto puede no ser suficiente". A su juicio, "en ausencia de un acuerdo político más amplio, hay un incremento de probabilidades de que el Gobierno griego tenga que recurrir a alguna forma de controles de capital, quizás esta misma semana", advierte.
Aún así, asegura que los inversores "no deben equiparar la imposición de controles de capital con una salida de Grecia del euro", explicando que BlackRock siguen confiando en una solución, aunque sea temporal, recordando además que "el programa de compras de bonos mensual del BCE está ayudando a limitar la escala y la duración de un contagio" en el resto de Europa.
Desde JP Morgan indican que la situación de Grecia es muy diferente de la de Chipre y el impacto en la inversión nacional y extranjera dependerá de las condiciones específicas. "En cualquier caso, lo que sí sabemos es que, una vez que se imponen controles de capital resulta difícil levantarlos. En Chipre se mantuvieron durante dos años y en Islandia se han empezado a levantar recientemente, casi siete años después de su aplicación", indican.
En este sentido, Dominic Rossi, director de inversiones global de renta variable de Fidelity Worldwide Investment, advierte que "el objetivo es mantener a Grecia en la Zona Euro si se produce el impago, pero a diferencia de Chipre, puede que no funcione". Según explica, el país heleno "es una economía mayor, con fronteras terrestres y un sistema financiero mucho más poroso, por lo que es posible que la crisis de deuda se convierta en una crisis de tipo de cambio que se podría haber evitado".
Sin embargo, desde la firma consideran que el margen de contagio hacia otros mercados es bajo, ante el menor tamaño de la economía helena, así como de sus mercados financieros y con una deuda soberana en manos de instituciones públicas más que en manos de inversores privados.
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