Soros, el oro y el potencial del ‘refugio seguro’ por excelencia

En un comunicado emitido este mismo lunes, un portavoz del multimillonario inversor dejaba claro que éste "no ha especulado contra la libra, pues el estaba a favor del Bremain". Ahora bien, "su previsión bajista para los mercados globales" le ha ayudado a beneficiarse "de otras inversiones". Y recordemos que en la información que remitía al regulador bursátil estadounidense, la SEC, sobre sus inversiones del primer trimestre constaba una reducción del 37% en su exposición a cotizadas de Wall Street y una apuesta por el oro a través de firmas como Barrick Gold o el fondo cotizado (ETF) SPDR Gold Trust.

Entre enero y marzo, el precio del ‘metal precioso’ escaló un 16% y logró superar los 1.200 dólares la onza que tanta ‘resistencia’ le habían puesto (en el año acumula ganancias del 25%). Ahora, tras el Brexit y ante la elevada incertidumbre que rodea a la economía mundial, se alza por encima de los 1.300 y los analistas, en avalancha, ha coincidido en elevar sus previsiones de valoración para este activo.

"El oro debería seguir cotizando con el sentimiento del mercado, es decir, beneficiándose de la aversión al riesgo y la caída del apetito por estas inversiones", apunta Carsten Menke, analista de commodities de Julius Baer. A corto plazo, la firma espera que se eleve hasta los 1.400 dólares ("nuestro escenario alcista desde hace algún tiempo", explica).

Ahora bien, detalla que "a no ser que se materialicen las peores consecuencias económicas y para el mercado, por ejemplo, los renovadores temores a una ruptura de la Zona Euro, es poco probable que duren estos precios tan elevados". Y es que, destaca, "la historia ha demostrado que los eventos políticos, en general, no tienen un impacto duradero en el oro, pero causan desviaciones a corto plazo de las tendencias de largo".

Dicho esto, concluye, y como reflejo de la incertidumbre reinante, "incrementamos nuestros objetivos para el ‘metal precioso’ a 1.300 y 1.200 dólares en un horizonte a tres y 12 meses, respectivamente". Y, fuera del ‘metal precioso’, "más allá de la fortaleza del dólar, no vemos ningún impacto fundamental en las materias primas y mantenemos nuestras estimaciones sin cambios".

Por su parte, HSBC coincide al señalar que puede alcanzar los 1.400 dólares, pero le otorga mayor potencial al afirmar que incluso puede subir más si se disparan las preocupaciones sobre Europa. También ANZ prevé que pueda alcanzar esa cifra en la próxima semana o dos, y añade como catalizadores al alza a la debilidad del dólar y la postura dovish (acomodaticia) de la Reserva Federal (Fed). Mientras, Macquarie Research estima que en el tercer trimestre se sitúe en los 1.350, para caer en el cuarto "tras las elecciones de Estados Unidos" y cuando la autoridad monetaria norteamericana se prepare para subir los tipos de nuevo.

Finalmente, el consenso de Bloomberg apunta a los 1.424 dólares la onza a finales de 2016. Y, Goldman Sachs ha incrementado su precio objetivo a tres meses a los 1.300 dólares (desde 1.200), el de seis meses a 1.280 (desde 1.180) y el de 12 meses a 1.250 (desde 1.150). La firma explica que "la trayectoria última del oro dependerá de la intensidad y duración de la inestabilidad creada por la decisión de Reino Unido de salir de la UE y cualquier revisión potencial del crecimiento de Estados Unidos". 

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