Por Samuel Ruiz, cofundador de ScrapAd
Samuel Ruiz
| 11 oct 2024
Está claro que debemos cambiar nuestro estilo de vida y nuestra cultura hacia una más sostenible y verde, porque el agotamiento de las materias primas y recursos naturales es una realidad, y la degradación y pérdida de los ecosistemas, también. Esto está llevando a hablar más que nunca sobre el modelo de economía circular frente al lineal.
La economía circular es una nueva forma de crear valor y rentabilidad, que considera los límites de los ecosistemas respecto a la contaminación ambiental, el cambio climático y la escasez de recursos. En la economía lineal, por contraparte, los recursos se creían ilimitados, eran fáciles de obtener y los impactos ambientales, como los residuos en vertederos, a pesar de ser negativos, eran aceptados.
Bajo el principio de la economía circular que se basa en la reutilización y recuperación, el recilaje desarrolla un papel fundamental para que así se cumpla. Entre los diferentes tipos de reciclaje y valorizaciones, damos la oportunidad a lo que muchos consideran residuos de convertirlos en materias primas secundarias, listas para volver a un ciclo productivo.
Esta transición en la actualidad es un hecho, y las organizaciones deben adaptarse si pretenden mantenerse en el tiempo. Además, está siendo empujada por tendencias y desafíos que nos dejan ver que esta nueva forma de producir y consumir será circular, o no será. Este nuevo contexto revoluciona la forma en que las organizaciones deben diseñar, producir y tratar de forma eficiente y sostenible los residuos que generan.
Por tanto, la preocupación por la sostenibilidad del medioambiente se ha hecho cada vez más fuerte en el ámbito de los negocios internacionales y las decisiones gubernamentales. Los Estados miembros de la Unión Europea están obligados a adoptar unas políticas que favorezcan el reciclaje o, al menos, la valorización de residuos, en detrimento de la eliminación. Estas políticas y Directivas han contribuido a aumentar la capacidad de valorización y de reciclaje y de aumentar así la producción de materias primas secundarias procedentes de operaciones de reciclaje.
No obstante, el uso de recursos naturales y la gestión de residuos siguen siendo un reto para las leyes y la sostenibilidad ambiental. Los empresarios, cada vez más, tienen la responsabilidad de cuidar el medioambiente, y los estados deben impulsar más y mejores políticas que favorezcan a las empresas la adopción de medidas favorables para fomentar la economía circular. El modelo de producción que llevamos ya se ha demostrado que afecta negativamente a nuestro entorno y ecosistemas. Por ello, las sociedades están impulsando este modelo ecológicamente más racional e inclusivo, uno que permita a las empresas reutilizar productos generando valor agregado.
Ante estos cambios, las empresas buscan defender su competitividad y permanencia, adoptando nuevas estrategias y prácticas organizacionales y medioambientales para defender su posición. Aquellas empresas que están empezando a adoptar en sus procesos de producción o en el enfoque de su estrategia la economía circular, generan una ventaja competitiva con respecto a las demás empresas que aún operan bajo una economía lineal.
Así, entre los desafíos que se encuentran a la hora de aplicar los principios de la economía circular, normalmente se encuentra la obtención de mayor conocimiento sobre los propios principios de la economía circular, políticas y prácticas, gestión de residuos, además de implementar estrategias para su correcta aplicación. Por supuesto, implica más funciones debido a los nuevos procedimientos y estructuras en cuanto a la innovación, un desafío más a la hora de la inserción de las empresas en este modelo económico.
Sin embargo, el desafío de la aplicación de una economía circular y mejora en la gestión de residuos no solo requiere una mejora significativa en la infraestructura, tecnología, política pública y normativa, sino también un cambio cultural y una mayor responsabilidad. Separar adecuadamente los residuos que generamos, reciclar de manera efectiva y reducir nuestro consumo de productos desechables son acciones concretas que tanto ciudadanos como empresas podemos realizar para contribuir a alcanzar un futuro más sostenible.
Actualmente, ya existen informes que aportan una amplia evidencia de que el modelo circular ya ha comenzado a incorporarse y que ha ido más allá de la prueba del concepto, ya que muchas empresas ya se benefician de este enfoque. No obstante, en la aplicación del modelo circular al sector del reciclaje existen ciertas limitaciones y problemas. El primero de ellos es la falta de información de la demanda conocida. En muchas ocasiones, los recicladores se ven en la necesidad de adquirir o vender a los mismos compradores o vendedores, teniendo dificultades para poder obtener una comparativa clara de los precios y tarifas, tanto a nivel nacional como internacional. En segundo lugar, el 57 % de los residuos sigue acabando en el vertedero, ya que los recicladores no encuentran el destino adecuado para algunos, ya que el reciclador no ha encontrado contraparte adecuada para ellos.
Es en este contexto en el que aparecen nuevos modelos de negocio que intentan resolver estas limitaciones y otras. Un ejemplo de ello es el caso de ScrapAd, nuestra plataforma digital para la compra y venta de metales reciclables que acelera e impulsa la economía circular, con la cual hemos conseguido evitar 31.908 toneladas de CO2 gracias al uso de materiales anunciados en nuestra plataforma. De esta forma, damos la oportunidad de dar una segunda vida a los residuos, sin la necesidad de extraer materia prima. El cambio está en nuestras manos. ¡La economía circular será o no será!