El Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) ha alertado en un informe reciente de que los principales bancos españoles continúan omitiendo información relevante sobre el impacto ambiental de sus operaciones. Según este centro de estudios independiente, dedicado a promover el desarrollo sostenible mediante la aplicación del Derecho, las entidades bancarias no publican toda […]
Dirigentes Digital
| 28 dic 2022
El Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) ha alertado en un informe reciente de que los principales bancos españoles continúan omitiendo información relevante sobre el impacto ambiental de sus operaciones. Según este centro de estudios independiente, dedicado a promover el desarrollo sostenible mediante la aplicación del Derecho, las entidades bancarias no publican toda la información sobre su impacto ambiental a la que están obligadas por ley.
Esa es la conclusión que se extrae del informe La banca española y el reporte de cuestiones ambientales: Análisis de los Estados de Información No Financiera 2020, donde se examina el nivel de cumplimiento de seis entidades financieras españolas: Banco Santander, Bankinter, Bankia, BBVA, Banco Sabadell y CaixaBank. Desde 2018, con la modificación del Código de Comercio, los bancos están obligados a incluir en sus estados de información no financiera datos sobre el impacto ecológico de su actividad. Además, dichas entidades han suscrito voluntariamente los Principios de Ecuador, un conjunto de estándares para evaluar el impacto ambiental del sector financiero.
El estudio da una de cal y otra de arena, pues reconoce los esfuerzos de Bankinter, BBVA y Banco Santander en la publicación de información relativa a su participación en sectores contaminantes. Sin embargo, recuerda a la vez que se están omitiendo datos esenciales, como son las emisiones de efecto invernadero achacables a los productos financieros: “A pesar de que la banca ha aportado más información ambiental que en años anteriores, la ausencia de indicadores clave sigue impidiendo entender el impacto real de su actividad”. El objetivo del estudio, dicen desde IIDMA es dar a conocer entre inversores y clientes el impacto climático de cada banco.
De ese modo, podrán tomar decisiones informadas en caso de la caída del valor del banco si este incumple tratados internacionales como el Acuerdo de París. Dicho texto, en su segundo artículo, define como uno de sus tres objetivos a largo plazo “asegurar la coherencia de todos los flujos financieros con un modelo de desarrollo resiliente al clima y bajo en emisiones”.
Para ello no basta limitarse a publicar la huella ambiental de los edificios de las entidades. El impacto de estos es “completamente marginal”, dicen en el informe. La idea es que se detallen las emisiones de aquellos productos y empresas que obtienen financiación de los bancos, y también de aspectos como los viajes en avión de sus empleados.
El informe concede que las entidades financian cada vez más proyectos de finanzas sostenibles. Sin embargo, aun no es posible saber qué porcentaje representan estas inversiones dentro de la cartera de cada banco. El abogado Quentin Aubineau, uno de los autores del estudio, recuerda que “la banca está particularmente expuesta al riesgo climático de transición por la acumulación de activos en sectores intensivos en carbono”. En este sentido, el informe cita un estudio elaborado por RAN y BankTrack que desvela que, entre 2016 y 2021, los 60 principales bancos a nivel mundial destinaron 4,6 billones de dólares a empresas vinculadas a los combustibles fósiles.
"Si los bancos quieren mejorar sus reportes, ya disponen de recomendaciones precisas para divulgar información ambiental relevante", prosigue Aubineau. Entre las recomendaciones de la entidad para conseguir este propósito se cuentan algunas como divulgar indicadores comparables sobre emisiones de carbono de sus productos financieros o sobre la exposición de sus carteras a sectores intensivos en carbono.
Este mismo problema ya fue identificado el pasado mes de febrero cuando, por primera vez en su historia, la Comisión Nacional del Mercado de Valores publicó otro informe sobre esta cuestión. En dicha revisión se constata que “un 68% de los emisores reflejaron en las tablas algunas omisiones de información, las cuales no habían sido mencionadas por los verificadores en su informe”. El organismo regulador señaló además problemas en relación con el desglose, la definición y la descripción de la metodología empleada por los bancos para obtener información sobre cambio climático y otras cuestiones ambientales.