El ayuntamiento, gobernado por la coalición ciudadana Ahora Madrid, había dicho en octubre que pensaba cancelar los contratos comerciales con las agencias de calificación Standard & Poor’s y Fitch, por lo que Fitch retiró en diciembre el rating de Madrid.
Los servicios de rating, contratados de manera voluntaria por empresas, administraciones o entes, teóricamente facilitan la financiación en el exterior al asignarse una calificación sobre la calidad de la deuda y la capacidad de pago del emisor. Hay fondos o inversores que solo invierten en activos con rating.
En su comunicación de octubre, el ayuntamiento dijo que quiere afrontar los pagos pendientes de la deuda y que no tiene intención de emitir más. S&P ya rebajó a "negativa" la perspectiva del rating de Madrid en septiembre, por la incertidumbre a causa de las implicaciones sobre una auditoría de la deuda encargada por el Ayuntamiento, después de que un responsable del mismo dijera que podría considerar "ilegítima" gran parte de la misma, que ronda los 6.000 millones de euros.
La agencia reiteró el martes que su perspectiva negativa reflejaba su opinión de que la auditoría podría tener implicaciones negativas en la disposición del ayuntamiento de pagar su deuda cuando venza en los próximos 18-24 meses. "Podríamos haber rebajado a Madrid en varios escalones, resultando en un rating de grado especulativo, si hubiéramos visto un elevado riesgo de restructuración o impago en uno o varios instrumentos de deuda que la ciudad considerase ‘ilegítima’ bajo su definición", dijo la agencia en su comunicado.
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