Con la vista puesta en la reunión del jueves del Banco Central Europeo (BCE) y después de que Moody’s decidiera "esperar" al resultado de las elecciones de diciembre para mejorar la nota de España, los inversores han vuelto a apostar por la deuda española permitiendo al Tesoro cobrar también por las Letras a nueve meses.
En concreto, se han vendido 1.900 millones a este plazo, con una demanda que supera en 2,9 veces la oferta y con una rentabilidad marginal a la baja en niveles de -0,005%, frente al 0,034% previo.
Asimismo, ha adjudicado 285 millones en Letras a tres meses, a un coste del -0,08%, frente al -0,105% anterior. Por su parte, la demanda ha superado la colocación en 8,6 veces.
A pesar de las incertidumbres que rodean a la economía global, ante la desaceleración de China y la crisis de los emergentes, los mercados de deuda se mantienen tranquilos, descontando que la Reserva Federal (Fed) podría retrasar hasta 2016 la primera subida de tipos en casi una década, y que el BCE implementará nuevas medidas de estímulo.
En concreto, los expertos no descartan que su presidente, Mario Draghi, anuncie una ampliación en tiempo y/o duración de su programa de compras de deuda (QE) este mismo jueves, o por lo menos deje entrever esta posibilidad.
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