Un gran “no gracias” es lo que contestan casi con unanimidad los dirigentes a la hora de enfrentarse a las subidas de impuestos, por lo que puede suponer en este momento en concreto. E incluso frente a lo que están haciendo algunos de los países de nuestro entorno caso de Francia o Italia, incluso con bajada de la tributación.
El menor crecimiento económico, un factor esencial
Uno de los factores que resurgen es el nivel de crecimiento económico. La caída inesperada, con revisión a la baja de 1,7 puntos en el PIB del segundo trimestre frente a los datos adelantados, pone en evidencia que España crecerá menos de lo previsto, no solo este año, sino también el siguiente. El primero en corregir sus estimaciones es BBVA Research, el servicio de Estudios de la entidad financiera, que coloca el Producto Interior Bruto de nuestro país al cerrar el ejercicio en el 5,2% y en el 5,5% en 2022.
Y en este último caso la rebaja es muy acusada, de punto y medio, frente a lo inicialmente establecido. Eso reduce ya, de facto, las previsiones con las que se han realizado los cálculos de los Presupuestos para el año que viene, que elevan la presión fiscal. Según los datos de la CEOE, esa presión impositiva sobre las empresas es 1,5 puntos superior a la media comunitaria y la recaudación en España roza el 32% frente al 24,6% de nuestros socios de la UE.
Por tanto, con mayor peso de los impuestos en nuestros bolsillos y menor expectativa de crecimiento, puede producirse un doble efecto en el aumento de algunas tasas, que puede incluso, ser contraproducente al impedir la inversión, fomentar la deslocalización e incluso dañando el empleo, como señalan desde Cepyme. Incluso cuando la economía todavía no se ha recuperado, y el PIB se elevará menos de lo previsto.
También desde Funcas, la Fundación de las Cajas de Ahorros, piensan que este no es el momento de elevar los impuestos, porque frenaría la recuperación actual que es crucial para la economía, aunque abogan por corregir desequilibrios, por el menor gasto corriente.
Por el contrario, en su última encuesta entre los dirigentes, el Círculo de empresarios destaca que son partidarios en un 65% por establecer un verdadero plan de lucha contra el fraude y en un 43,3% de los casos una bajada adicional en el impuesto de Sociedades con supresión de deducciones y bonificaciones. Si todo esto fuera poco desde el gran consumo ponen en valor los problemas añadidos de la recuperación: la subida de la luz, los cuellos de botella en el suministro y el encarecimiento de las commodities. Todo ello eleva la inflación, al que se une el incremento de la presión fiscal.
¿Suben impuestos el resto de los países de nuestro entorno?
Más allá de Alemania, donde se mantienen las negociaciones para la formación de un gobierno, en Francia, los Presupuestos Generales del Estado para 2022 también disparan el gasto público como en España, pero evitan elevar la presión fiscal en aras de favorecer el crecimiento. En concreto, aumenta el gasto en 10.000 millones, pero no subirán impuestos al entender que el crecimiento económico expansivo, previsto en el 4% en 2022, será suficiente para contrarrestar el incremento del gasto en unas cuentas, que consideran, para salir de la crisis.
Tampoco en Italia, el ejecutivo que dirige el expresidente del BCE, Mario Draghi elevará los impuestos. Y no solo eso. Su gobierno tecnócrata aprobará una reforma fiscal que incluya una bajada de impuestos para impulsar el crecimiento estructural del país. Se trata de potenciar el empleo y ayudar al PIB del país en un momento crucial, en el que entienden que la carga tributaria del contribuyente debe ser, lo más favorable posible.
¿Qué impuestos suben en los PGE 2022 y cómo nos afectan?
¿Qué impuestos deberían cambiarse?
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