Hace poco más de un mes, una serie de televisión acaparó la atención de millones de personas. Relataba cómo unos personajes desesperados buscaban la manera de ganar una fortuna que cambiara sus vidas. La ficción resultó un éxito y eso lo notaron desde una empresa que poco tenía que ver con quienes lanzaron e idearon […]
Dirigentes Digital
| 23 nov 2021
Hace poco más de un mes, una serie de televisión acaparó la atención de millones de personas. Relataba cómo unos personajes desesperados buscaban la manera de ganar una fortuna que cambiara sus vidas. La ficción resultó un éxito y eso lo notaron desde una empresa que poco tenía que ver con quienes lanzaron e idearon la serie.
La marca de deportivas Vans, utilizadas por los personajes de la serie, experimentó un aumento de sus ventas del 7.800% en tres semanas. Incluso aumentaron un 97% las búsquedas del modelo concreto que se usaba en la ficción coreana.
Encender la televisión, elegir una película una serie, verla hasta el final y apagar la televisión. ¿Por qué limitar la experiencia de cliente a eso? ¿Cómo sacar partido de la viralidad de algunas series y películas?
No es algo que se acaben de preguntar los propietarios de los derechos intelectuales de estos productos populares. Disney lleva años explotando a sus icónicos personajes: parques de atracciones, merchandising… El resultado es que la facturación de sus productos de merchandising supera los 50.000 millones de dólares.
Hace unos meses que para Netflix el negocio tampoco termina en la pantalla. En junio de este año lanzó su propia tienda online en la que pretende sacar partido de sus éxitos.
Hasta un total de 14 colecciones se pueden conseguir en su web, cada una de las cuales están basadas en una de sus series.
Los productos son tan dispares como los que puede ofrecer Disney. En el caso de Netflix, se pueden encontrar desde las típicas camisetas, gorras o llaveros hasta productos menos convencionales en el merchandising, como una mesa.
Eso sí, la empresa estadounidense solo ofrecía estos productos promocionales en Estados Unidos, fabricados en ese país. En los últimos días, el marketplace ha crecido y se ha abierto a más de 60 mercados, entre ellos España. De hecho, ofrece sus productos en la moneda local de cada país, aunque la web aparece solo en inglés.
No obstante, algunas referencias no se ofrecen a todo el mundo. También hay que tener en cuenta que la fabricación en Estados Unidos implica precios más altos de los que se pueden encontrar en otras tiendas y un sobrecoste de entre cinco y diez dólares por transportar el producto a España, si bien la entrega es gratis si el pedido supera los 90 euros.