La inteligencia artificial ha llegado al ámbito empresarial como un tsunami en los últimos meses, aunque su existencia tiene ya un largo recorrido. Ahora, los responsables de las compañías comienzan a ver las oportunidades que ofrece esta tecnología, por eso, muchas empresas trabajan para desarrollar e implementar soluciones de IA. Jorge Uceda, PR Specialist for […]
Dirigentes Digital
| 05 jun 2023
La inteligencia artificial ha llegado al ámbito empresarial como un tsunami en los últimos meses, aunque su existencia tiene ya un largo recorrido. Ahora, los responsables de las compañías comienzan a ver las oportunidades que ofrece esta tecnología, por eso, muchas empresas trabajan para desarrollar e implementar soluciones de IA. Jorge Uceda, PR Specialist for Spain & Latam de Sortlist, explica el impacto que estas tienen en la economía, qué regiones lideran su impulso y cómo está evolucionando este mercado.
Las empresas de IA están teniendo un alto impacto en la economía y en la sociedad. Hoy en día, la inteligencia artificial es vista como un motor de progreso y de productividad, y no es incorrecto. Puede aumentar la eficiencia y mejorar enormemente el proceso de toma de decisiones, mediante tareas como el análisis de grandes cantidades de datos o eliminar el bloqueo creativo de tareas que requieren de textos, por citar dos ejemplos.
Esa naturaleza amplia de la IA permite crear, a su vez, nuevos productos y servicios, incluso mercados e industrias, dinamizando así la economía y generando nuevos ingresos.
Sin embargo, el lado oscuro de la moneda es que esta misma tecnología puede tener un efecto adverso sin regulación y sin control. Algunos advierten que puede llevar a que se creen ‘superempresas’, o centros de riqueza y conocimiento que podrían dar una visión parcializada de la realidad, o que pueden empujar una agenda específica de pensamiento, como los ejemplos que han surgido en redes sobre la inclinación liberal de ChatGPT.
La IA también podría aumentar la brecha entre países desarrollados y los que están en vías de desarrollo, y propiciar la necesidad de trabajadores con determinadas habilidades mientras que prescinde de otros. Eso puede tener consecuencias bien amplias para el mercado laboral.
Estados Unidos es el claro líder en la carrera por la innovación en términos de empresas de IA. Gigantes como Google, Microsoft y Meta están invirtiendo sin miedo en experimentación y en adquisiciones, empujando cada día el límite de lo que se creía capaz con IA. Luego le seguiría China, que está empeñada en hacerle frente al dominio de EE.UU. expandiendo la inversión en desarrollo e investigación en IA. Ahí tienes compañías como Alibaba, Baidu y Tencent activamente elevando los estándares de IA en ese país.
En Europa se están haciendo importantes avances en materia de IA en países como Francia, Alemania y el Reino Unido, aunque nuestro estudio revela que en el continente hubo un descenso general del 77% en el número de nuevas empresas de inteligencia artificial creadas en 2023. Pero cabe notar que fue el Parlamento Europeo el primero en proponer la primera ley sobre inteligencia artificial en 2021, que cada día está más cerca de ser aprobada.
Cada día vemos más empresas adoptar la IA en sus sistemas de trabajo. De hecho, podemos verlo en muchas de las herramientas que utilizan las personas a diario, desde la creación de plantillas personalizadas en hojas de cálculo cuando damos instrucciones específicas, hasta la transcripción de audios de Whatsapp, hasta la integración de IA para crear encuestas más rápidamente. Es una apertura total a esta nueva herramienta.
Las agencias, por su parte, nos han contado que la IA ya es parte de su “pan de cada día”, permitiéndoles derribar bloqueos creativos, mejorar las lluvias de ideas, ordenar datos, analizar conversaciones sociales y detectar tendencias a tiempo.
Lo primero que hay que destacar es la caída general en las inversiones a nivel global en todas las industrias. La industria de la inteligencia artificial no es ajeno a ese fenómeno. Eso lleva a los inversores a buscar la generación inmediata de efectivo en lugar de invertir en empresas nuevas para obtener rendimientos futuros.
En el primer trimestre de 2023 se financiaron 540 empresas de inteligencia artificial, mientras que en el primer trimestre del año pasado se financiaron 1051. Ahí hay un descenso del 49% de empresas financiadas.
El monto o valor de esa financiación no ha caído—solo Microsoft ha invertido 10 mil millones de dólares en OpenAI, los creadores de ChatGPT. Lo que ha caído es la cantidad de empresas de IA financiadas, y en parte eso se debe, como mencioné anteriormente, a la apertura de tecnologías de IA para el usuario común que puede crear sus propias empresas de IA y ponerlas en marcha.
Creo que aún es temprano para decir, pero por el momento, dijera que entre las grandes, Microsoft lleva la delantera en la carrera de la IA. La cantidad de sus fondos destinados a OpenAI, y luego la integración de ChatGPT en su motor de búsqueda, hacen que su posición frontal se vea desde lejos. Justo mencionamos en nuestro estudio que las acciones en bolsa de Microsoft subieron un 16% tras anunciar su colaboración con OpenAI, mientras que las de Google solo subieron un 3% tras anunciar Bard, su propia IA generativa.
En un mundo ideal, tendríamos el mercado fragmentado que mencionas, puesto que es la forma más saludable de crear un clima de competitividad e inversión, que a su vez propicia innovación y legislación apropiada.
El tiempo dirá, pero hoy en día ya vemos atisbos de una transformación inminente a través de las industrias en lo que concierne a productividad y rapidez. Lo importante, para mí, es que la veamos y la recibamos como una mano extendida para ayudarnos a ser mejores y a ser más productivos, y no con miedo ante una supuesta amenaza desastrosa.