Hace unos meses Twitter y ahora Spotify. Las grandes tecnológicas cortan vínculos con la publicidad institucional. Han hecho cuentas y no les compensa estar entre dos fuegos en los países en los que ya están presentes. En el caso de Twitter, la eliminación de cuentas de cierto sesgo político se puede relacionar con los partidos […]
Dirigentes Digital
| 30 dic 2019
Hace unos meses Twitter y ahora Spotify. Las grandes tecnológicas cortan vínculos con la publicidad institucional. Han hecho cuentas y no les compensa estar entre dos fuegos en los países en los que ya están presentes. En el caso de Twitter, la eliminación de cuentas de cierto sesgo político se puede relacionar con los partidos políticos que más han invertido en publicidad en la red de microblogging. Estas redes tampoco quieren ser el altavoz de una ley que pueda vulnerar los derechos de los usuarios en algunos países, lo que revierte de manera negativa en su negocio. Estos son los motivos por los que cada vez más tecnológicas ponen tierra de por medio con los partidos políticos y las instituciones gubernamentales, dando más voz a los individuos.
Spotify dejará de vender espacio publicitario desde comienzos de 2020, con lo que supone para la avanzada campaña de elecciones presidenciales en Estados Unidos.
La compañía de música y podcasts en streaming ha justificado este cambio como una pausa y admite que pueden reactivar el servicio en el futuro, un servicio que solo ofrecía a Estados Unidos.
“En este momento, no tenemos el nivel necesario de cribado en nuestros procesos, sistemas y herramientas para validar de manera responsable y revisar el contenido que se publica”, ha comunicado la compañía sueca.
Las compañías tecnológicas han tenido problemas recientemente en cómo manejar los anuncios de campaña, con especial foco en EEUU. Twitter prohibió la publicidad en noviembre, con ciertas restricciones en el campo de políticas sociales y de medio ambiente. Google también puso un filtro a ciertas tácticas abusivas de campaña electoral.
En el otro lado del espectro tenemos a Facebook, la tecnológica que más dinero recaba por publicidad política. Hace menos de un año pusieron en marcha un servicio de verificación de datos para las publicaciones sensibles a influir en la tendencia de voto, pero no hacen una criba de los anuncios que se publican. Este procedimiento ha levantado ampollas, sobre todo entre los candidatos demócratas Elizabeth Warren y Bernie Sanders.