“No hay que tener miedo a equivocarse”

Emprendedor por vocación, Daniel García (Madrid,1995) ha aprovechado la pandemia para montar su propia empresa: Daviescoin, dedicada al envío de remesas mediante el uso de blockchain. Este proyecto representa la culminación de una andadura que comenzó en 2018 con el registro de su propia criptomoneda -davies- en Estonia. El pasado mes de octubre esta compañía dio el pistoletazo de salida y ya cuentan con más de 2.000 usuarios registrados y una capitalización superior a los tres millones de euros.

Daviescoin, curioso nombre para una start-up. ¿Por qué lo eligió?

Porque davies fue la primera ‘moneda’ que usaron los fenicios. Los davies eran los granos de trigo y me pareció interesante dar un nombre antiguo a algo completamente innovador.

¿Qué valor diferencial aporta esta compañía?

La democratización de la gestión del dinero.

Una de las utilidades de Daviescoin es el envío de remesas. ¿Qué otras opciones ofrece?

Préstamos entre particulares y pagos entre usuarios.

¿Qué puede aportar el blockchain a las fintechs?

Mayor velocidad, trazabilidad y transparencia en las transacciones. La tecnología blockchain permite cambiar modelos de negocio muy complejos, transformándolos en algo mucho más simple, ya que elimina intermediarios. Por ejemplo, en las remesas o préstamos lo que hacemos es poner en contacto a un usuario que quiere realizar un envío a un país, con otro que quiere mandar dinero desde ese país al del otro usuario. De esta manera se abaratan ciertos costes y aumenta la velocidad de las operaciones.

¿Cómo funciona el modelo de negocio?

Nosotros obtenemos rendimientos de las comisiones que se cargan a los cambios de divisas. Los envíos y la creación de préstamos son totalmente gratuitos.

¿En qué monedas está disponible?

Puedes adquirir davies con euros, pesos argentinos y pesos dominicanos. Con tarjeta puedes comprar siempre y cuando el banco le permita al usuario el cambio a estas monedas.

¿Emprendedor se nace o se hace?

Es algo innato, aunque la cultura influye mucho a la hora de lanzarse a la aventura. A diferencia de España, en EE.UU. todo el mundo quiere emprender. Lo más importante es que no hay que tener miedo a equivocarse. Cuando cometes un error aprendes más que cuando aciertas. Desde mi experiencia, tengo que reconocer que no es un camino fácil, ya que en la mayoría de los casos careces de recursos, te enfrentas a muchos obstáculos y tienes muchas probabilidades de que no salga bien. Pero alcanzar el objetivo da mucha satisfacción por el esfuerzo realizado.