El mundo empresarial está cambiando y, en esa evolución, la transformación digital y la transición energética tienen mucho que decir. Por un lado, existe la necesidad de extraer información de las instalaciones para más tarde analizarla, explotarla y monetizarla. En otras palabras, utilizar los datos para identificar ineficiencias y ponerles solución, mejorando procesos y obteniendo […]
Dirigentes Digital
| 22 dic 2022
El mundo empresarial está cambiando y, en esa evolución, la transformación digital y la transición energética tienen mucho que decir. Por un lado, existe la necesidad de extraer información de las instalaciones para más tarde analizarla, explotarla y monetizarla. En otras palabras, utilizar los datos para identificar ineficiencias y ponerles solución, mejorando procesos y obteniendo mejores beneficios. Mientras que, por otra parte, la emergencia climática ha obligado a incluir la energía y la sostenibilidad en todos los planes de actuación y mejora continua para alcanzar un mundo más verde. De hecho, España persigue el objetivo de incrementar a más de 90GW de renovables instalados en 2030 y disponer de un 30% de la generación de energía eléctrica en sistemas distribuidos renovables para el año 2050.
En este contexto, el sector ferroviario no es ajeno a un escenario como el actual, caracterizado por cambios y disrupciones, por volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad, sino que también está sufriendo una profunda transformación. Actualmente, se están produciendo cambios en el contexto global, así como la necesidad de adaptar y modernizar la actividad de la red ferroviaria. Además, este campo también se enfrenta a la necesidad de ser más sostenible y reducir sus consumos, al mismo tiempo que aumenta la resiliencia, fiabilidad y disponibilidad de sus instalaciones, garantizando el mejor servicio y confort para los usuarios.
El ámbito digital lleva años presente en el sector, centrado actualmente en cuatro ejes: una experiencia del cliente cada vez más digital y personalizada, un cambio del modelo de negocio a un “Mobility-as-a-Service”, trenes autónomos y el uso de nuevas tecnologías como la realidad aumentada para tareas de mantenimiento. En relación con la transición energética, España trabaja desde hace años en este camino gracias a las bases de El Plan Director de Lucha Contra el Cambio Climático. En este sentido, el sector del transporte es el responsable de aproximadamente el 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero, de las cuales el subsegmento ferroviario tiene un peso del 4%. Por ello, muchas de las medidas que se están estudiando están enfocadas en la optimización el uso de la energía.
Algunos ejemplos de esta realidad son la sustitución de la maquinaria o los equipos por otros más eficientes que intentan recuperar la energía procedente de la frenada para verterla a la red o mediante el uso de baterías y supercondensadores que permitan aprovecharla para reducir el consumo durante el trayecto. También, sistemas de ayuda para los conductores que les enseñen a conducir de forma más ecológica y, debido a que el consumo va ligado a la orografía, buscar el trazado más idóneo al construir vías.
Las principales tendencias globales que están impactando en el sector y que dibujarán la red ferroviaria del futuro están englobadas en cuatro vertientes. La primera de ellas hace referencia al incremento de la población, principalmente en los entornos urbanos debido al crecimiento global. Según la World Population Data Sheet, el número de habitantes en todo el mundo aumentará hasta los 9.900 millones en 2050, lo que representa un aumento de más del 25% desde 2020 y, según el Banco Mundial, la población en ciudades aumentará en 1,5 veces para 2045.
Tal y como explica Jesús Jimenez, Railway, Oil&Gas and EPC Sales Director en Schneider Electric, esta tendencia “implicará un incremento del 100% en la demanda de transporte ferroviario de pasajeros, aumentando las líneas y estaciones de metro y trenes urbanos”, por lo que se requiere “una mejor gestión del flujo de pasajeros, así como mejores medidas de seguridad, en una infraestructura que a menudo se encuentra envejecida o insuficiente”.
La experiencia del pasajero ahora también cobra una importancia sin precedentes, ya que en la actualidad el objetivo es asegurar su bienestar y seguridad. Asimismo, la información y conectividad de la que disponen los viajeros afecta tanto a su experiencia de compra como al viaje, por lo que los sistemas de transporte, los servicios y las infraestructuras de comunicaciones “deberán contar con una conectividad en tiempo real y una ciberseguridad integrada de extremo a extremo”. Por esto, las soluciones de Building Automation y las arquitecturas de seguridad se erigen como herramientas de gran ayuda, “especialmente en las instalaciones más críticas para asegurar una buena experiencia del pasajero, como las estaciones de pasajeros y los túneles”.
En esta línea, la digitalización también contribuye a “agilizar las operaciones, mejora la fiabilidad de los activos y la experiencia de los pasajeros al mismo tiempo que reduce los costes”. Según Cisco, en los próximos 12 años se gastarán 30.000 millones de dólares en proyectos de IoT en el sector ferroviario.
Mientras que, respecto a la cuarta vertiente, el experto considera que nos encontramos en un momento “crucial” para impulsar un transporte más sostenible, donde el ferrocarril “es una de las mejores alternativas para una movilidad libre de emisiones”. En sus palabras, “este sector también se enfrenta a la necesidad de ser más sostenible y reducir sus consumos, al mismo tiempo que aumenta la resiliencia, fiabilidad y disponibilidad de sus instalaciones, garantizando el mejor servicio y confort para los usuarios”.
Para ello, ya se están dando importantes pasos como el aumento de la electrificación de las locomotoras, el uso de energías renovables y diferentes iniciativas para reducir el consumo de energía y la huella de carbono de las infraestructuras. Entre ellas sobresalen el “uso de tecnologías amigables que respeten el medioambiente y sin GEI, así como una adecuada gestión de la economía circular y del tratamiento de residuos”.