Esta joint venture será una empresa brasileña con el 35% de participación de Telebras, el 45% de IslaLink y el 20% de un tercer accionista brasileño, que será definido después de la constitución de la empresa y antes del lanzamiento del cable.
El proyecto
La demanda de tráfico internacional de la región crece a tasas anuales superiores al 40%, y está dirigida para los Estados Unidos en una proporción de varios órdenes de magnitud a la que se destina directamente a Europa. Esto se debe a que actualmente hay apenas un solo cable conectando directamente los continentes, que ya se encuentra con su capacidad agotada. El nuevo cable atenderá las necesidades crecientes gracias a una conexión directa de alta capacidad entre Europa y América del Sur.
El cable ofrecerá más de 30 terabits por segundo (Tbps) de capacidad, y requerirá una inversión de 185 millones de dólares para interconectar Brasil con Europa. Se está considerando la posibilidad de aterrizaje del cable también en Guayana Francesa, Cabo Verde, Canarias y Madeira.
Este proyecto permitirá que Brasil y otros países de América Latina tengan acceso directo a los mayores Puntos de Intercambio de Internet (IXPs) del mundo, ubicados en las ciudades de Fráncfort, Ámsterdam, Londres y París, ampliando la oferta de capacidad de tráfico internacional con menor latencia y reducción de costes, mejorando las condiciones de la oferta de comunicaciones actualmente disponible para ciudadanos y empresas, en especial en sectores con demandas críticas de latencia como el de salud, servicios en la nube y mercado financiero.
También posibilitará que más de 1.400 instituciones de investigación y educación en América del Sur (800 de ellas en Brasil) y 3.000 en Europa, incluyendo escuelas, universidades y hospitales universitarios entre otros, y poder ampliar el intercambio de informaciones relevantes para el desarrollo de la ciencia y la tecnología de sus respectivos países. Con ello, será posible intensificar el intercambio de datos e imágenes entre las instituciones de investigación en áreas como astrofísica, cosmología y astronomía óptica, entre otras, con gran demanda de ancho de banda y baja latencia, teniendo en cuenta la reciente adhesión de Brasil al Observatorio Europeo del Sur, así como a los observatorios instalados en Chile.
La iniciativa cuenta con el apoyo de los gobiernos de Brasil y de la Unión Europea, en el sentido de promover una mayor integración y unidad en los asuntos culturales, sociales, científicos, económicos y políticos de sus pueblos, priorizando el diálogo político, las políticas sociales, educación e infraestructuras, entre otros, para eliminar la desigualdad socioeconómica, alcanzar la inclusión social y reducir las asimetrías en el marco del fortalecimiento de ese área geoestratégica.
Brasil, por medio de Telebras y de las iniciativas de Unasul, participa en la viabilidad de un gran anillo óptico interconectando los países del continente suramericano que posibilite el intercambio de los datos a toda la región.
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