Aunque no hubo reivindicación inmediata, el viceprimer ministro Veysi Kaynak comparó el atentado con la doble explosión del pasado sábado frente al estadio de Besiktas, equipo de fútbol de Estambul, que posteriormente se atribuyó una ramificación del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), según informa Reuters. «El ataque con un coche bomba se parece al ataque de Besiktas», ha declarado a un grupo de periodistas, añadiendo que el incidente no desviaría a Turquía de su objetivo de combatir la militancia. El Ejército confirmó que 13 personas murieron y 48 resultaron heridas y que varios civiles también podrían haber resultado heridos en el ataque. Los heridos fueron trasladados al hospital para ser asistidos. El autobús se paró en un semáforo en rojo cerca del campus de la Universidad de Erciyes en Kayseri cuando un coche se acercó a él y explotó, según la cadena NTV. Los militantes kurdos ya han atentado previamente contra autobuses con fuerzas militares o de seguridad. Turquía se enfrenta a múltiples amenazas a la seguridad, entre ellas las derivadas de la lucha contra el Estado Islámico en el norte de Siria, donde forma parte de una coalición liderada por Estados Unidos contra el grupo extremista. También sufre atentados regulares de militantes kurdos, que luchan desde hace tres décadas por la autonomía del sur de Turquía, en su mayoría kurdo.
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