“Reducir la carga tributaria global de las empresas estadounidenses es un gran trabajo… y vamos muy bien, estamos muy adelantados, por lo que podremos anunciar algo en las próximas dos o tres semanas que será fenomenal en términos de impuestos”. Esta era la frase que pronunciaba el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el pasado jueves, 9 de febrero. Apenas dos sesiones bursátiles nos separan de estas palabras que llegaron en un momento de escalada de la incertidumbre política en Europa, con Francia y Grecia como principales exponentes, y cuando avanzaban los temores sobre la retórica proteccionista del líder norteamericano. Un par de jornadas en las que Wall Street ha visto nuevos máximos históricos, con el S&P 500 alcanzando los 20 billones de capitalización e ’insuflando vida’ a las Bolsas europeas y al resto de activos de riesgo. Sin embargo, mientras el mercado celebra sus palabras, los expertos no tienen tan claro ni que se vayan a convertir en hechos, tampoco que su impacto vaya a ser tan positivo como descuentan los precios, y al mismo tiempo se preguntan sobre sus posibles ‘efectos secundarios’. Riesgo soberano “La Administración Trump supone un riesgo para las condiciones económicas internacionales y los fundamentales de la deuda soberana global”. Así de tajantes se muestran desde la agencia de calificación crediticia Fitch a falta de poco menos de una semana para que se cumpla su primer mes en la Casa Blanca. “La previsibilidad de las políticas de Estados Unidos ha disminuido, con los canales de comunicación establecidos y la normas de relación internacionales apartadas a un lado, y aumentando la posibilidad de cambios repentinos e imprevistos en las políticas norteamericanas con posibles implicaciones mundiales”, advierte. Y, en concreto, apunta a cambios perjudiciales en las relaciones comerciales, reducción de los flujos internacionales de capital, límites migratorios que afecten a las remesas y confrontación entre los responsables políticos que contribuyan a la volatilidad en los mercados financieros… La agenda económica del presidente norteamericano, reconocen estos analistas, sería positiva para el crecimiento, tanto el gasto en infraestructuras, como la reducción de la carga regulatoria, los recortes de impuestos… “suponiendo que no traigan consigo aumentos proporcionales del déficit y la deuda”. Sin embargo, el balance actual de riesgos “apunta a unas consecuencias internacionales menos benignas”, por la deriva proteccionista y agresiva de esta Administración. Trump ha apuntado directamente a la revisión de los acuerdos comerciales o a las políticas cambiarias de China, Canadá, Alemania, Japón y México. El país azteca ha sido señalado también en la cuestión migratoria, que afecta a las remesas, cuestión que perjudicará asimismo a Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua. Como receptores de inversión directa estadounidense también podrían sufrir, además de todos estos países: Reino Unido, Holanda o Brasil. El caso concreto de Europa China y México han estado en la ‘agenda’ de Trump desde que se postulara como candidato a la Casa Blanca, pero recientemente su ‘lista’ de objetivos se ha ampliado a países tradicionalmente aliados como Alemania, a la que ha llegado a acusar de beneficiarse de la debilidad del euro frente al dólar “explotando” a Estados Unidos. En este contexto, Capital Economics revisa los datos de la Trade in Value de la OCDE (que miden la contribución de cada economía de la exportación de bienes y servicios descontando los insumos importados), correspondientes los últimos disponibles a 2011, y apunta que “Irlanda, Alemania y Bélgica” con los miembros de la Zona Euro más perjudicados por el proteccionismo de Trump. Y alertan: “Las cifras de corto plazo palidece en comparación con las posibles consecuencias a largo. Después de todo, la Unión Europea (UE) y otros países podrían tomar represalias. Eso reduciría sus importaciones, pero también aumentaría la inflación, recortando los ingresos reales y abriría las puertas a una guerra comercial total. Un escenario en el que todos pierden económicamente”.
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