Según se acerca la fecha de las elecciones, Donald Trump va moderando su discurso y sus promesas electorales. El magnate ha concretado su programa económico y lo que iba a ser la mayor bajada de impuestos en Estados Unidos de su historia con un recorte de 10.000 millones de dólares, centrado sobre todo en la presión tributaria a las rentas más altas, ha pasado a un descenso de menos de la mitad, en 4.400 millones de dólares en los próximos diez años.
La propuesta de Trump se centra en reducir la tasa impositiva para las rentas más altas, que pasarán del 39,6% al 33% y aumento generalizado de las deducciones.
Una de las banderas a las que se ha agarrado es a la de la reducción del déficit federal. Una contradicción evidente con la idea de reducir impuesto. Para ello el candidato maneja la idea de reducir un 1% al año en todas las partidas presupuestarias, exceptuando Defensa, Seguridad Social y Medicare.
Con estas premisas espera que la economía crezca a un ritmo anual del 4%. Los economistas señalan que las restricciones migratorias que propone Trump ya supondrían una contracción en la economía
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