¿Turquía puede generar tormentas más potentes en los mercados?

Turquía atraviesa una verdadera crisis de divisas. La lira ha caído un 30% en tres días. En esencia, el motivo de la crisis en Turquía se debe a un elevado déficit por cuenta corriente (6% del PIB) y a la dependencia del capital externo.

Tal y como explica Witold Bahrke, responsable sénior de estrategia macroeconómica de Nordea Asset Management, a los mercados esta situación les resulta «indiferente siempre y cuando los niveles de liquidez sigan siendo elevados, pero reaccionan de forma adversa cuando la liquidez a escala mundial disminuye por la subida de los tipos de interés, la reducción del balance de la Fed y la apreciación del dólar estadounidense».

Desde su punto de vista, para empeorar aún más la situación, existen serias dudas sobre la capacidad de los responsables políticos para analizar y «gestionar correctamente la tempestad que se está gestando».

El experto también destaca que, por si fuera poco, la disputa entre Washington y Ankara en torno a la detención de un pastor estadounidense en Turquía ha llevado a Trump a imponer aranceles adicionales a Turquía esta semana. Todo ello da lugar a «la tormenta perfecta».

Así las cosas, la cuestión principal desde el punto de vista del inversor es si hay detrás de las turbulencias en Turquía un «elemento sistémico». El comportamiento de los mercados nos indica que así es, ya que dichas turbulencias han contribuido a situar los rendimientos de la deuda pública estadounidense a 10 años por debajo del umbral del 2,90%, han contagiado a otros países emergentes y han provocado que el S&P 500 cerrase la semana a la baja por primera vez en seis semanas.

Dado que la liquidez global está menguando y los mercados han alcanzado su punto álgido, los inversores han dejado súbitamente de hacer caso omiso de los problemas turcos, que conocen desde hace tiempo. Además, la reducción de la liquidez en dólares estadounidenses a escala mundial no constituye un problema solo para Turquía, sino para «el conjunto de los países emergentes, que dependen en gran medida del capital externo debido a las carencias de los sistemas financieros de estos países», señala el gestor de Nordea AM.

Asimismo, en el caso de Turquía, algunos de los países que proporcionan dicho capital no se encuentran demasiado lejos: el BCE estaría mostrando una creciente preocupación por la exposición del sector bancario europeo a Turquía.

Por tanto, la cuestión es que si se puede afirmar que la causa principal de los problemas que atraviesa Turquía es la reducción de la liquidez a escala mundial, la difícil situación del país es también «un síntoma de los obstáculos estructurales a la predisposición al riesgo». Estos obstáculos en el plano de la liquidez difícilmente remitirán a corto plazo, lo que confirma nuestra visión prudente sobre los activos de riesgo para la segunda mitad de 2018.

El experto añade que los inversores en renta variable deberían mantener «un enfoque defensivo». Para los inversores en renta fija, el atractivo de la deuda core (especialmente los bonos del Tesoro estadounidense) «mejora constantemente».

2018-08-22 07:53:44

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