Pese a la resistencia del bloque del Este, la Comisión Europea ha logrado que los 28 acepten reubicar finalmente a 120.000 refugiados en los dos próximos años, por mayoría cualificada. La crisis humanitaria ha dejado al aire la falta de acuerdo en el seno Bruselas.
Las negociaciones políticas han dejado de lado que la cifra es notablemente insuficiente para absorber la ola de refugiados y pone de manifiesto las dificultades para que el Ejecutivo comunitario meta en vereda a países rebeldes. Pese a que se ha aprobado el cupo inicialmente previsto por Juncker, sus pretensiones han quedado reducidas. El acuerdo es obligatorio para todos los países, pero no hay mecanismos para garantizar su cumplimiento y los Estados podrán retrasar la acogida del 30% de su cuota asignada.
En contra de los planes iniciales, solo afectará la reubicación inmediata a 66.000 refugiados, el resto de plazas quedarán disponibles si hay una futura crisis.
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