Un herbicida de Monsanto, posible agente cancerígeno según la OMS

‘Roundup’ es el herbicida estrella de la compañía y el más utilizado a nivel mundial. Se usan anualmente cientos de miles de toneladas del mismo, esparcidos en los más diversos cultivos, pero también en parques de zonas pobladas, vías de tren, etc.

Por su venta Monsanto recibe sumas millonarias. En concreto en el año fiscal 2014 el segmento de productividad agrícola que incluye ‘Roundup’, generó más de 5.000 millones de dólares en ingresos, casi un tercio del total de las ventas de Monsanto.

Este herbicida se lleva usando desde hace décadas y era considerado como "un medio seguro de proteger cultivos y jardines", según fabricantes y vendedores, que siempre han defendido la inocuidad del ‘glifosfato’.

Los estudios sobre los posibles daños de ese componente se han realizado desde el año 2001 en Canadá, Suecia y Estados Unidos. Los resultados indican que el ‘glifosato’ es "un probable agente cancerígeno para los seres humanos". Así lo ha comunicado la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) de la OMS. Dicen que el estudio aporta, además, pruebas de que el ‘glifosato’ puede provocar el linfoma no Hodgkin en seres humanos. Lo asocian también a otros cánceres como el de piel o a daños en el ADN y los cromosomas.

Monsanto ha negado rotundamente estas declaraciones y ha solicitado una reunión de urgencia con la OMS para tratar el tema. La compañía quiere que la OMS reclasifique el producto como ‘no cancerígeno’. "No sabemos cómo la IARC ha podido llegar a una conclusión tan radicalmente diferente de las conclusiones de todas las agencias reguladoras del mundo", declaraba en un comunicado Philip Miller, vicepresidente de Monsanto.

"Esperamos que nuestros clientes agricultores continúen usando nuestro producto y no prevemos un impacto en nuestras ventas", decía Brett Begemann, presidente de la compañía.

Por su parte Chris Novak, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de maíz de Estados Unidos, respaldó la seguridad del ‘glifosato’ y aseguraba que el dictamen de la IARC "genera temor y confusión innecesarios".

Para defender su producto la compañía está llevando a cabo una amplia campaña que pone en duda el estudio de la OMS. Uno de los defensores de ‘Roundup’, el biólogo Patrick Moore, se ha visto envuelto en una polémica en una entrevista concedida a Canal + Francia. Tras decir que el herbicida de Monsanto es totalmente seguro para el consumo, ("usted puede tomar casi un litro y no le hará daño", afirmaba Moore), se negó a probarlo cuando el periodista le ofrece un vaso con herbicida. "Sé que no me dañaría, pero no, no soy estúpido". Inmediatamente después pedía acabar la entrevista.

Más problemas para Monsanto

Las acciones de la empresa caían casi un 3% tras conocerse el informe de la Organización Mundial de la Salud. Pero la decisión de la OMS es uno más de los desafíos a los que se enfrenta la compañía líder en cultivos y semillas genéticamente modificados.

A las numerosas denuncias y críticas sobre los daños para la salud que causan sus productos transgénicos y sus consecuencias negativas para el medio ambiente, hay que añadir el derrumbe en los precios de los cultivos. Los futuros del maíz descendieron un 47% en los últimos dos años y los de la soja un 33%, lo que redujo el poder de compra de los agricultores.

El año pasado, además, se aprobó la primera ley estadounidense que obliga a etiquetar los alimentos genéticamente modificados. Fue en el estado de Vermont y se debió al debate creado por la preocupación de la presencia de ‘glifosato’ en los alimentos.

Esta semana hemos conocido también que Monsanto ha aceptado pagar una multa de 600.000 dólares a la Agencia estadounidense de Protección de Medio Ambiente por no haber informado sobre numerosas emisiones de productos químicos tóxicos en su fábrica de fosfato en Idaho. Según las autoridades federales, "cada uno de estos productos químicos es peligroso y puede acarrear graves riesgos para la salud de los trabajadores y la población en general".

Pero Monsanto no sólo tiene problemas en Estados Unidos. En Argentina se acusa directamente a la compañía estadounidense de estar detrás del incremento de las tasas de cáncer. Argentina dedica 24,3 millones de hectáreas a distintas variedades transgénicas que son rociadas con millones de litros de ‘glifosato’ al año. Los cultivos se sitúan en una zona poblada por 8 millones de personas. Según diversos estudios las malformaciones se han multiplicado por cuatro tras el crecimiento de las zonas de agricultura transgénica. Y la leucemia habría aumentado un 300%, según estadísticas oficiales. Monsanto niega categóricamente estas acusaciones.

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