Casi un millón de ciudadanos europeos que trabajan en Reino Unido se plantea abandonar el país como consecuencia del Brexit. Esta cifra representa al 3,1% de la población activa del país. Son datos de estudio internacional encargado por KPMG, según el cual, los trabajadores de la UE más proclives a abandonar el Reino Unido son los que KPMG en Reino Unido denomina INDEY, siglas inglesas que aluden a: independientes, solicitados, formados y jóvenes. Como ejemplo de esta circunstancia, el 50% de los encuestados con doctorado y el 39% de los que cuentan con una titulación de posgrado afirman que se están planteando irse del Reino Unido. Igualmente, el 52% de los que ganan entre 50.000 y 100.000 libras planean marcharse o se lo están planteando. Según las cifras publicadas por la ONS (oficina nacional de estadística), en el país hay 2.373.000 ciudadanos de la Unión Europea trabajando allí (datos de junio de 2017). En una nota, la ONS destaca que este número ha aumentado en 126.000 personas con respecto al mismo periodo de 2016. Por otro lado, la cifra de ciudadanos de la UE en paro apenas llega a los 100.000, mientras que los británicos desempleados ascienden a 1.140.000.
El estudio ‘Efectos del Brexit sobre los ciudadanos de la UE’ señala que un 35% de los europeos que trabajan allí se está pensando marcharse. Antonio Hernández, socio responsable de Brexit e Internacionalización de KPMG en España, afirma que “el estudio subraya la importancia que va a tener la actuación de las empresas para que el Reino Unido evite una fuga de talento derivada del Brexit. Pese a que casi la mitad de los ciudadanos europeos que trabajan en el país planean quedarse, el resto aún no ha tomado una decisión al respecto. En este contexto, prevemos un aumento de la competencia por el talento entre las empresas en los próximos años, y un gran número de ellas buscarán complementar sus plantillas mediante Inteligencia Artificial, robótica y automatización”. En lo que respecta a los INDEY, Antonio Hernández apunta que “el estudio pone de manifiesto una situación que podría ser delicada para las empresas que recurren a profesionales de la UE y, en particular, las que contratan muchos INDEY: trabajadores independientes, solicitados, formados y jóvenes. Además, continúa, “estamos asistiendo a una disminución de las solicitudes de matriculación de ciudadanos de la UE en las universidades británicas lo que, llegado el caso, podría provocar un problema en la cantera de especialistas de alto nivel, así como una carencia de químicos, lingüistas y otros profesionales. En el estrato superior de la cantera de graduados, aquellos más solicitados y que, por tanto, percibirían un mayor salario, constituirían el mayor problema para las empresas”. El estudio, para el que se ha entrevistado a 2.000 ciudadanos europeos que trabajan en el Reino Unido, así como a 1.000 procedentes de los diez países que más frecuentemente suministran trabajadores, arrojó también otros datos relevantes. Así, el 39% de los nacionales de la UE que trabajan en el Reino Unido desean que sus empresas declaren públicamente la importancia de este conjunto de trabajadores. La mitad de los encuestados manifiesta que se sienten menos acogidos y valorados desde el referéndum sobre el Brexit. El 53% declara que la oferta “amplia y generosa” expresada por el país respecto de los derechos de los ciudadanos no ha influido en su criterio. Y el 49% de los ciudadanos europeos afirman en sus países de origen que el Reino Unido ha perdido atractivo como lugar donde vivir y trabajar.
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