Según datos de Morningstar, los inversores sacaron 67.000 millones de dólares de la industria de fondos activa, mientras la pasiva sumaba otros 70.600 millones de dólares a sus arcas, máximos en las respectivas categorías este año. Los expertos consideran que los inversores, descontentos con la rentabilidad y los costes ofrecidos por los ‘stock pickers’. En los últimos cinco años finalizados el 30 de junio, solo el 8% de los gestores de Bolsa de gran capitalización han logrado batir a los índices de referencia, según datos de S&P Dow Jones Indices. Según una reciente encuesta de Natixis a institucionales y asesores financieros, la mayoría de consultados emplea un mix de estrategias activas y pasivas en las carteras, con el fin de optimizar eficiencia y rendimientos en cartera. En concreto, la principal razón para emplear estrategias pasivas, aducida por el 88% de los encuestados, es el deseo de controlar las comisiones, pero el 57% citó otra razón: la incidencia de los fondos índice encubiertos, es decir, las gestoras que cobran comisiones más altas por gestión activa en estrategias que replican en gran medida la composición de su índice de referencia. Tres cuartas partes (75%) de estos inversores profesionales señalan que los inversores particulares no son conscientes de los riesgos de las estrategias pasivas y tienen una falsa sensación de seguridad al utilizarlas. A largo plazo, los inversores institucionales prevén recurrir menos a las inversiones pasivas de lo que pensaban antes, señalando que el 67% de sus activos se gestiona activamente y el 33% de ellos replica un índice, y esperan que el porcentaje de las inversiones pasivas aumente solo un punto porcentual, hasta el 34%, durante los próximos tres años. Robert Hussey, responsible de servicios institucionales y distribución en EEUU de Natixis Global Asset Management, no considera que enfrentar los dos tipos de gestión en un debate “entre uno y otro” sea una manera inteligente de asumir la construcción de carteras. “La gestión activa y pasiva deben trabajar unidas en una cartera bien construida”, indica en un reciente análisis. Desde la firma tienen claro que en este contexto los fondos indexados gestionados activamente pueden suponer una solución idónea para los inversores que buscan alpha en estas circunstancias. Los expertos indican que los ETFs gestionados activamente otorgan al vehículo la flexibilidad del gestor, “permite todos los beneficios cuantitativos de la beta inteligente, pero con el control adicional de un ‘piloto’ para adaptarse más rápidamente a un entorno de inversión cambiante”. Consideran que hay un elemento cualitativo involucrado que permite la intervención humana para requilibrar y seleccionar cartera que no está presente en la metodología basada estrictamente en reglas. Por ejemplo, no estar limitado por calendarios trimestrales o semestrales da al gestor activo una ventaja potencial.
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