Habitualmente reacio a datos negativos sobre la marcha del "socialismo del siglo XXI", como define al programa que le dejara en manos su líder Hugo Chávez, el Gobierno de Nicolás Maduro tuvo que admitir en diciembre de 2014 las dificultades que enfrentaba al finalizar el segundo de los seis años de su mandato. La merma de casi 50% en los ingresos por exportaciones de petróleo, junto con una inflación del 64% y una recesión ya instalada, no eran argumentos de la oposición en su contra, sino datos del Banco Central de Venezuela (BCV) incluidos en el informe "Resultados de la Economía", un balance oficial de los 12 meses previos.
Guerra económica
A 96 dólares a inicios del año, el barril de crudo (pilar de la economía venezolana) llegó a 46 dólares el 30 de diciembre, cuando Maduro se dirigió a la República Bolivariana de Venezuela para comentar el informe y anunciar medidas contra el deterioro, que atribuyó a una "guerra" económica creada por Estados Unidos. "Acciones contra el orden nacional impidieron la cabal distribución de los bienes básicos a la población", apuntaba el informe oficial, en referencia a las protestas callejeras iniciadas el pasado febrero en contra de la política económica del Gobierno y del desabastecimiento.
"La escasez es infame y los precios suben cada día. De un día para otro un litro de zumo de naranja pasó de 67 a 120 bolívares", comenta a DIRIGENTES un profesional que participó de esas protestas y que pidió preservar su identidad. "Estamos básicamente presos aquí. Para salir de Venezuela, la vía actual es por Aruba, comprando pasajes en dólares. Con el cambio real, mal llamado paralelo, se nos hace imposible. Un dólar son 80 bolívares y el sueldo básico son 4.000 bolívares. Haz las cuentas. Somos cada día más pobres", agregó el ciudadano.
El efecto de esas manifestaciones fue "un repunte inflacionario y una caída de la actividad económica", argumentó la autoridad monetaria, presentando gráficos en los que se observa la subida del índice desde un 54,3% en enero al 64% de diciembre de 2014. "El indicador sigue estando afectado por la conflictividad política inducida por la guerra económica que obstaculiza el normal desempeño de las actividades productivas", sostiene el informe, mostrando que hubo una contracción del PIB del 4,8% en el primer trimestre, 4,9% en el segundo y 2,3% en el tercero.
Recuperación
A la hora de contabilizar los datos positivos en el cierre del tercer trimestre, el balance consigna un superávit de 6.811 millones de dólares, una reducción del déficit de su cuenta financiera a 568 millones, un saldo positivo de 899 millones en la cuenta corriente de la balanza de pagos, una amortización de 2.687 millones de la deuda externa y reservas internacionales de 20.890 millones. En todas esas cuentas un papel significativo es el que juega China, que ha prestado al chavismo más de 47.000 millones de dólares desde 2007 a cambio de envíos de petróleo venezolano.
Pero más allá de los favores del país asiático, la capacidad de pago de Venezuela después de la drástica caída del precio del petróleo, su principal fuente de divisas, ha encendido una de las alertas que cercan a Caracas y su revolución a 16 años de la llegada al poder de su mentor, el fallecido militar Hugo Chávez.
Este mes de marzo, los compromisos externos del país llegan a 2.000 millones de dólares, un 10% de sus reservas netas declaradas. La rebaja de calificación que Moody’s y Standard & Poor’s le dieron a su deuda (de CAA1 a CAA3, la primera, indicando con ello "una posibilidad actual percibida de incumplimiento de pago" y de CCC+ a CCC, la segunda, a raíz de los "crecientes riesgos políticos y externos" y un riesgo de default en los próximos dos años) agregó otro elemento de presión al ya de por sí caldeado ambiente.
Los equipos bolivarianos, en tanto, continúan atribuyendo los males del país a una insidiosa acción de Estados Unidos, país al que acusan de actuar con cómplices locales para derrumbar a su Gobierno. Así las cosas, Maduro creó en enero el "Estado Mayor de Recuperación Económica", al que le adjudicó la misión de rescatar al país en seis meses.
En esa línea, llegaron los anuncios de un aumento del 15% para el salario mínimo y las pensiones, un aumento de más del 100% de las becas estudiantiles de nivel medio (tras una fuerte represión a universitarios que desafían al régimen), la construcción de 400.000 viviendas (con una inversión de 3.450 millones de dólares) y una modificación en la regulación cambiaria para habilitar un mercado libre, el llamado Sistema Marginal de Divisas (Simadi, ver recuadro), donde la cotización del dólar implica una devaluación cercana al 95% respecto del tipo oficial.
Puede leer el reportaje completo en nuestra revista Dirigentes del mes de marzo.
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